Vive en las montañas un animal que los griegos llaman dorkón, o sea caprea, es
decir, cabra montés, corzo o gacela […] Su visión es aguda, esto significa que
el Señor ve todo lo que se hace. (El Fisiólogo. Bestiario Medieval, p. 46.)
Hace mucho tiempo, cuando los
albores del románico virtual hacían su aparición en la red, un fraile, de
nombre Willigermus y que según nos anunció venia del siglo XII, nos impartió
una lección, de las pocas que recuerdo, dignas de mención.
Aunque la verdadera lección fue la forma de impartirla, nos
ilustró a la vez sobre el simbolismo del dorkón. El interés es tal, que como
homenaje a la cabra montesa que tú, querido amigo, llevas en el interior,
pasamos a describirte:
Las palabras que el fraile Willigermus nos dirigió, fueron más o
menos así:
"La cabra montesa que veis ahí pecadores (esos eramos nosotros), no es
para que entréis en el bosque de nuestro señor Conde y la cacéis, pues eso os
llevaría a la horca. El dorkon está ahí para que aprendáis de él.
Como sabéis, este animal busca su alimento a los pies de las montañas pero
gusta de las altas cumbres, porque posee la sabiduría de Dios, es decir, ama a
las altas cumbres, o sea, a los profetas, a los cuales alza sus ojos, de donde
le llegará el socorro (Sal.,120.1).
Ve desde lejos a los que se les aproximan y conoce si van hacia él con dolosas
o con benévolas intenciones al igual que nuestro Señor, que todo lo ve, conoció
las intenciones de Judas cuando se le aproximó para traicionarlo dándole un
beso (Lc., 22.48)"
Salomón, en el Cantar de los Cantares, dice: He aquí que llega mi bien amado saltando sobre las montañas, brincando sobre las colinas. De la misma manera, ese dorkon salta sobre las montañas, o sea, los apóstoles y brinca sobre las colinas, que son sus enseñanzas.
Hijos míos, sabed que Dios lo ve todo y desde lejos, igual que hace esta cabra,
que desde lejos ve todo lo que tu haces, aunque tu no llegues ni a
intuirla"
Tras una breve estancia con nosotros, Willigermus regresó a su tiempo y a su
lugar, dejándonos en la incertidumbre de si volvería a llamar a nuestra puerta
alguna otra vez.
Sea como fuere, nos quedó esta clara reflexión: debes ser como el
dorkón en tu interior, pace tranquilo al pie de las montañas; tu Naturaleza
interior sabrá ver quién viene a ti con paz y quién con malicia. Tu destino son
las altas cumbres, no apartes la vista de ellas, pues de allí te llegará la
salvación.
***
De la vida caprea:
Somos conscientes que, a pesar de lo especificado en el Fisiólogo,
se le ha otorgado a la figura de la cabra otros varios significados que no son
tan positivos. Pero hoy aquí, solo queremos enaltecer cosas bellas. Por ello,
queremos aportar algún curioso dato que seguro hará sonreír hasta a las mismas
cabras:
En tiempos arcanos, cuando alguien quería representar a alguien
con muy buen oido, pintaban una cabra, pues creían que ésta respiraba por las
orejas: "La cabra
tiene cierta ventaja para tomar el aire del exterior, como refieren los cuentos
pastoriles, porque inspiran el aire por las orejas y por las narices, porque
tapando las narices no sienten pesadumbre alguna." (His.ant.I 53-Horapolo)
Esto confirma también Opiano, el cual,
tratando de las cabras silvestres, dice que: "tienen entre las orejas
un pequeño agujero que va a dar al pulmón, por el cual respiran, y que si tapan
a éste con cera, se ahogan. Y así los egipcios, queriendo significar a un
hombre que oye perfectamente, pintaban una cabra, dando a entender, que el
perfecto oído es aliento y respiración del alma"
Plinio en su Historia Natural observa lo dicho por los antiguos:
"Escribe Archelao, que acaso, por esto mismo (porque respiran por las
orejas), es el aliento suyo más ardiente que el de las ovejas y su ayuntamiento
más encendido" (1)
Conocidas como capreae o cabra montés, el macho recibe el
nombre de hircus (lt. irquus, ircus) o también bock (del franco bucco).
Hay quienes creen que los denominan así porque devoran (carpere)
la hierba. En cambio, otros piensan que deben tal nombre a que trepan (captare)
a los lugares más escabrosos. E incluso existen personas que lo hacen derivar
del ruido (crepitus) de sus patas, y de ahí el nombre dado a unas cabras
salvajes a las que los griegos, debido a la gran agudeza de su vista, es
decir, por ser lo que ellos llaman oxyderkésteron, las denominaron dorkás (dorkón). (2)
En las zonas de los Pirineos Orientales, reciben el nombre de Isard, etimología de posible origen
pre-romano; según Giese (cf.
Rohlfs Gascon), quizá un vocablo idéntico al vascón
izar "estrella", y que habría significado originariamente: "animal que lleva una estrella en la frente"
Salud y románico
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2 comentarios:
Precioso homenaje. Puedo escuchar un coro de balidos que vienen del pasado y del presente agradeciendo que sus almas saltarinas sean acariciadas por palabras de reconocimiento. Seguid cultivando los pastos de la libertad, amigos, pues cada vez son más escasos y apreciados.
Un abrazo fraternal.
Cabras montesas, románico, cumbres... Traen a mi mente a Rivi !
Un abrazo !
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