Tras el primer capitel (I) seguimos vislumbrando como las Allegoriae super Ovidii Metamorphosin están destinadas a tener espacio y relevancia en la abadía fundada por Sancho Ramírez en Loarre. El siguiente capitel, situado en el ábside de la iglesia de San Pedro de Loarre, nos ofrece otra buena muestra de ello:
Protagonista mítico de una larga serie de andanzas, la historia del rey Cadmo es compleja como un cúmulo de diferentes biografías que se hubieran unido en una de sola.
Cadmo, personaje semi fabuloso, fue un gran luchador de vida y fiel servidor de dioses, buscador incansable, noble viajero, introductor del alfabeto griego y del arado, guerrero, rey y fundador de linajes.
De los múltiples cometidos efectuados por Cadmo señalamos como punto de partida hacia su desenlace final, la mancillación efectuada por su parte del espacio sagrado de Ares y la matanza de su serpiente guardiana.
Resumiendo a grandes rasgos, Cadmo, conducido por el oráculo de Apolo y en los preparativos de un sacrificio ritual al padre de los dioses, mandó a sus servidores en busca de agua al manantial, hasta ahora inviolado, que custodiaba la serpiente, hija de Ares. Ésta, al oír acercarse los infaustos pasos de los hombres se irguió de golpe descargando su ataque mortal y dando muerte a todos.
Cadmo, al saberlo, fue en busca de venganza y arremetió contra ella en larga y dura pelea con todas las armas de las que disponía. Primero le arrojó una gran piedra que rebotó en su curtida piel, después atizó con una espada jabalina que apenas hirió sus escamas y en su tercer y último empeño, embistió con una lanza con tal fuerza, que ensambló el cuello de la serpiente a una encina que quedó doblegada por tal peso.
En el instante que Cadmo observaba a su enemiga vencida oyó una voz que le interpeló por ello y le profetizó que él también acabaría siendo mirado como una serpiente. «¿Por qué, de Agenor el nacido, la perecida serpiente miras? También tú mirado serás como serpiente». (Metamorfosis, L.III, 97-98) Este vaticinio causó al héroe tanto terror que sus cabellos se erizaron y su rostro quedó emblanquecido.
Tras ello y, siguiendo los dictados de Atenea, Cadmo utilizó los dientes de la serpiente vencida como simiente para una nueva estirpe que fundaría la ciudad griega de Tebas y que daría origen a su linaje como rey. Paralelismo curioso con el proceder de Sancho Ramírez que, siguiendo los designios de la Santa Sede también sepultó al rito mozárabe como simiente del nuevo rito romano, consolidando con ese vasallaje su título de rey y emancipando las tierras aragonesas de la tutela del reino de Navarra.
Como expiación a la ofensa cometida a Ares, Cadmo estuvo ocho años a su servicio y fue, en ese tiempo, que el dios le ofreció a su hija Harmonía como esposa. Su unión fue tan altamente celebrada que se sentaron junto a los humanos, en la mesa, los propios dioses. Pero, no obstante de su diligencia con ellos, la vida de Cadmo estuvo llena de desastres relacionados con su linaje. El último, la muerte de su hija Sémele incitado por la diosa Juno, celosa al saber que la joven esperaba un hijo de Júpiter.
Ya anciano, después de haber reinado durante mucho tiempo, abrumado por el pesar que le causó considerar muertos a su hija y su nieto, vencido por tan grandes males abatidos sobre él, abandona su ciudad y acompañado de su esposa llega hasta la frontera de Iliria donde, al rememorar el origen de su linaje y a la serpiente a quien dió muerte y cuyos dientes sembró como semillas, pide a los dioses convertirse en serpiente él mismo (Metamorfosis L.IV 575-589).
"yo mismo, lo suplico, como serpiente sobre mi largo vientre me extienda”,
dijo, y como serpiente sobre su largo vientre se tiende
y a su endurecida piel que escamas le crecen siente
y que su negro cuerpo se variega con azules gotas
y sobre su pecho cae de bruces, y reunidas en una sola,
poco a poco se atenúan en una redondeada punta sus piernas
Los brazos ya le restan: los que le restan, los brazos tiende
y con lágrimas por su todavía humana cara manando:
“Acércate, oh, esposa, acércate, tristísima”, dijo,
“y mientras algo queda de mí, me toca, y mi mano
coge, mientras mano es, mientras no todo lo ocupa la serpiente.”
Dolorida, la esposa se golpea el pecho y ruega a los dioses, a su vez, ser transformada también en serpiente.
Metamorfosis de Ovidio, Ms. français 137 , f. 61r |
Convierte la fábula á Cadmo en serpiente, que es el símbolo de la prudencia, para manifestar que este príncipe llegó á ser sabio á fuerza de sufrir desgracias. (*)
Las metamorfosis de los esposos en serpientes marcan la transición a una condición completamente diferente a la anterior, un cambio radical que alude a su superación de condición humana como resultado de la experiencia vivida y de la gracia divina.
Algo que San Pablo vaticina que nos sucederá en plena desesperación apocalíptica:"En un momento, en un abrir y cerrar de ojos, todos seremos transformados. Porque esto que es corruptible tiene que vestirse de incorrupción, y esto que es mortal tiene que vestirse de inmortalidad" (Corintios 15:52-54)
La mutación ocurrida a Cadmo no se aleja de lo que vivimos en carne propia al querer modelar la vida según nuestras expectativas.
Al final es ella, la vida, en sus circunstancias, la que nos modela para garantizar nuestra metamorfosis espiritual, a costa, muchas veces, de perder todo aquello que hemos logrado.
Serás aquello que superas y eres aquello que has superado.
Salud y románico
Para saber más y mejor:
(2) Metamorfosis Ovidio en prosa
6 comentarios:
De pequeño, no quería parecerme a mi padre. Ahora, en mi pueblo no recuerdan mi nombre pero me reconocen por mi parecido con él.
Una vez más vuestro trabajo es sorprendente y original.El sincretismo románico que bebió de las fuentes clásicas y de la mitología y unos maestros constructores en posesión de un vasto conocimiento de las fuentes y una sutileza e inteligencia brillante para trasladarlas al contexto histórico de la construcción de Loarre.
Enhorabuena al grupo y gracias por compartir vuestro trabajo e investigación.
Gracias, Laura ‼️ Muy interesante, como siempre
todo lo que diga es "nada", ante toda esta delicia de Salud y Románico...Me gusta tanto...¡¡¡ qué profundidad !!!...me da vértigo del bueno... Gracias es poco, me quedo levitando...
Es una pena que seas Anónimo con toda esa sensibilidad, pero nosotros también compartimos la gloria del anonimato. Gracias mil por tu comentario
Románico y su entronque en la cultura clásica. Leerlo ayuda y anima a la superación. Y recuerda la maravilla de Loarre. Un fuerte abrazo
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