07 enero 2009

El demonio meridiano

o vicio monstruoso



Entre el variado muestrario de escenas y figuras, ya sean fabulosas o no, que el románico nos ofrece, existe una peculiar representación que llama nuestra atención allí donde aparece: la de una figura humana empuñando un arma bélica cabalgando a lomos de un animal fantástico.

Dependiendo de los diferentes lugares donde lo encontremos, podemos apreciar variantes desde el instrumento que porta o en su aparición aislada o formando parte de un conjunto.

Nuestra propuesta, desde el más profundo respeto a cuantas formulaciones previas hayan podido realizarse, pasa por identificar dicha representación con el DEMONIO MERIDIANO o pecado capital de la ACEDIA.




Como substrato de nuestra teoría partimos del hecho que no siempre los siete pecados capitales fueron siete ni se denominaron pecados, y que el término "vicio monstruoso" como referido a pecado o tendencia viciosa fue una expresión que se estableció en los inicios de la Iglesia y que fue adoptada por teólogos tan influyentes como Columbano y Alcuino.

El primer testimonio literario de la doctrina de los ocho vicios monstruosos que mantenian al monje bajo el fuego constante de los demonios corresponde al monje Evagrio Póntico (345-399).

A la postre, tras pre-cocinarse en el horno de la teología escolástica, esta teoría pasaría a Occidente como precursora de la doctrina de los Pecados Capitales como nos muestra este cuadro extraído de la Carta Circular del Abad General de los Trapenses 2007 de Bernardo Olivera:


Este concepto pecaminoso de las malas tendencias o vicios monstruosos encontró su referente simbólico en los animales fantásticos, cuya monstruosidad a ojos adoctrinados por la Iglesia es indiscutible. Cabalgar uno de ellos es identificarse con lo que representa.
 



Pero ¿qué es en realidad la Acedía, Acedia o Acidia?

Es difícil encontrar su nombre fuera de manuales de espiritualidad y, sin embargo, con este nombre los Padres de la iglesia ponían de relieve el ArchiPecado del Ángel malo.

El término Acidia o Acedía procede latín acidĭa y éste del griego ἀκηδία: "negligencia".

Aparece tres veces en la versión de la Biblia de los Setenta, dando a entenderla como la falta de cuidado, una negligencia e indiferencia. Un estado de total aborrecimiento que se contrapone a la Kedia, la unión o alianza.(Sl 118,28; Sr 29,5 e Is 61.3)

Santo Tomás de Aquino la define como tristitia de bono spirituali (tristeza del bien espiritual) indicando que su efecto propio es quitar el gusto por la acción psíquica: "Es una desazón de las cosas espirituales que prueban a veces los fieles e incluso las personas adentradas en los caminos de la perfección; es una flaccidez que los empuja a abandonar toda actividad de la vida espiritual a causa de la dificultad de esta vida".

Casiano, Evagrio Póntico y otros Padres del desierto, la ponen en relación con ciertas horas del día teniendo en cuenta los efectos físicos de los ayunos monacales y del clima, con el consiguiente debilitamiento físico.

Afecta a los anacoretas y a los monjes que vagan en el desierto, siendo el mediodía el momento que es más fácil caer en este octavo pecado capital: "cae sobre el monje en la hora sexta, pues es la hora del mediodía, cuando el sol aprieta con más fuerza, cuando al monje le resulta difícil seguir rezando. Por eso, los que ayunan hasta el mediodía, cuando comienzan a sentirse faltos de alimentos y afectados por el calor del sol, son atacados más vivamente por la acedia" (Santo Tomás -Summa Theol. Q.35 Art. 1.)

Por su parte, Evagrio, al describir los Ocho Pensamientos o Vicios monstruosos dice: "Hay un demonio, denominado vagabundo, que se presenta a los hermanos sobre todo durante el transcurrir del día. Éste pasea nuestro intelecto de ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo y de casa en casa" (...) "corrompe el estado interior de lo que encuentra y, luego, poco a poco, se va olvidando de su conocimiento de Dios, de las virtudes y de su propia profesión" (...) "El demonio de la acedia, al que también se llama demonio del mediodía o demonio meridiano, es el más pesado y duro de sobrellevar de todos”.

Asimismo, San Jerónimo, introduce el término en su traducción al latín de la Biblia: "A caballo entre la Acedia y la Tristitia, el Demonio Meridiano cabalgaba azotando el espíritu de los monjes de la Edad Media" .

 


El monje que sufre su acometida ya no sentirá alegría al cantar las alabanzas y será presa fácil para cualquier tentación. Sin embargo, no es tentación exclusiva de monjes de clausura, sino que con algunos rasgos diferenciales se observaba en la vida de cualquier otro clérigo, religioso o creyente, siendo su presencia más intensa cuanto más se pretendía avanzar por el camino de la perfección.

El demonio del mediodía representa así la persecución por antonomasia del cristiano cabal.

En el Salmo bíblico 90, 5 y 6 (91 en la Vulgata) se eleva la súplica al Señor a fin de su protección: "Non timébis noctúrno, a sagitta volánte in díe, a peste quae vagátur in ténebris, a pernície quae vástat nierídie" (Guárdanos Señor de las saetas que vuelan de día, de la pestilencia que vaga en las tinieblas y de la mortandad que devasta en pleno día)

Es, pues, la artimaña demoníaca que ocurre cuando el sol está en lo más alto del horizonte, alegoría no sólo ya en el sentido espiritual, sino en el personal o profesional (escalafón o fase álgida de realización del trabajo o de la vida). "Al llegar la persecución a su apogeo, llamó al furor más rabioso, mediodía". (San Agustín, citado por DIAZ: Op. Cit. p., 121.)

A la hora de plasmar icónicamente el concepto para transmitir el mensaje, el Arte Sagrado no hace sino seguir las enseñanzas de los padres de la Iglesia.  Entendemos, pues, que la aparición del jinete con saeta cabalgando un ser monstruoso pudiera obedecer a la expresión plástica de ese vicio demoníaco tan temido por los anacoretas del desierto, primeros conocedores de la acedia.

"El demonio de la acedia, al que también se llama demonio del mediodía o demonio meridiano, es el más pesado y duro de sobrellevar de todos”. Evagrio Póntico






Su inclusión en programas iconográficos resulta tremendamente evocadora de una persecución furiosa.

En los casos de Villasayas y Biota se presentan formando parte de un conjunto de monstruos o espíritus malos donde el único de todo el grupo que cabalga belicosamente es él. 

Cuando su figuración aparece en solitario o aislada como en el tímpano de Ntra. Sra. de la Peña de Sepúlveda, podría encerrar una síntesis del PECADO RAÍZ, el más grave pecado o el vicio activador del que derivarán, a la postre, todos los demás. Atacando el crismón, se ataca el deseo de Dios y el gozo que proviene de su unión con Él. 




En definitiva, la Acedía, nuestro virulento Demonio Meridiano no es tan solo uno de los vicios monstruosos, sino el peor y el principal activador del resto de ellos: "Por acedia del diablo, entró la muerte en el mundo y la experimentan los que le pertenecen" (Sabiduría 2,24). 

Si nos dejamos asaetear estamos perdidos, ya que pervierte la razón, destruye la esperanza y genera la total desintegración interior. Todo lo que nos resta ya en la vida es vegetar. 





Guárdanos Señor de las saetas que vuelan de día!



Salud y románico

Entrada vinculada a  DETENTE EN VILLASAYAS

33 comentarios:

El Hortulano dijo...

A veces los demonios más sutiles son los más difíciles de encontrar, sobre todo cuando no parecen tales sino fruto de nuestra propia voluntad, como si, ilusos, tuviéramos tal cosa: unos por creer que son ellos quienes rigen su devenir y otros por haberse abandonado totalmente a Su Voluntad.

Sólo la pertinaz persistencia (me permitís la expresión redundante) dará fruto.

Un saludo y felicidades por este artículo.

ArtuROM dijo...

Enhorabuena una vez más.

Curiosamente el pasado día 28, a mi vuelta de pasar unos días por Soria, volví a parar en Villasayas. Y de nuevo, cuatro años después de la anterior visita, me quedé embobado mirando a los bichejos de la arquivolta. ¿Estará corrompiéndome la acedia? Ya después de todo esto me queda la duda...

En cualquier caso, la citada arquivolta es como para dedicarle otro capítulo aparte, aunque a ver quién es el/la "guapit@" que se atreve con ella... Yo, de momento, paso palabra :)

¡Un abrazo!

Pilar Moreno Wallace dijo...

Una información muy interesante y completa, a la que dedicaré tiempo en su lectura. La verdad es que hay tantas cosas que aún me quedan por saber, y me falta el tiempo necesario.

Alkaest dijo...

El "Diccionario ideológico de la lengua española", popularmente conocido como "El Casares", define este término y sus derivados de la siguiente manera:
Acidia: pereza.
Acedía: indisposición del estómago por haberse "acedado" la comida; fig. desabrimiento.
Acedar: ponerse ágria alguna cosa; fig. molestar, disgustar.
Acedo: fig. áspero, desabrido; el zumo ágrio.
¿Podemos deducir que el citado pecado, según la mitología de la nueva religión, no es otra cosa que una "triste pereza espiritual", o una "indigestión del alma", vulgo "desabrimiento", por haberse "agriado el alimento espiritual"? Pudiera ser.
Y sin embargo, a mi esto de la "acidia" me recuerda una definición que, cuando pequeños, pretendían inculcarnos los predicadores de aquella religión "una, grande y libre", por el cristianísimo método de "la letra y la fe con sangre entran":
"¿Qué es la envidia? La envidia es, tristeza del bien ajeno".
A pesar de lo que digan teólogos, Santos Padres y juristas clericales, creo que el peor pecado, para creyentes y no creyentes de todas las religiones, y todos los ateismos, es esa "tristeza del bien ajeno". ¿Hay algo más triste, que ponerse triste porque al prójimo le pase algo bueno?
Al fin y al cabo, la divinidad es seguramente más comprensiva con quienes decaen en "devotio", a la hora del almuerzo, porque las tripas les hacen ruido, antes que con quienes se "acidulan de tristeza" porque al vecino le subieron el sueldo, o tuvo un hijo guapo y hermoso, o aquella fiebre sospechosa resultó ser una simple gripe...

En cuanto al estudio, en general, impecable, sustancioso, sabroso y educativo.

¡Ah, y su lectura no me produce "tristeza" de ninguna clase! ¡Al contrario, me da un alegrón!

Salud y fraternidad.

Baruk dijo...

Hortulano, cuando nos informarnos sobre las virtudes que los Padres Teólogos contraponían a los vicios para contrarrestarlos, comprobamos que según lo entendían, todos tenían su virtud que “curaba”, a excepción de uno.

Precisamente el que carecía de virtud sanadora es el que estamos tratando, la acedía.

Y el consejo que se les daba a los monjes para resistirla, era el mismo que nos mencionas: siempre perseverancia.


Un saludo

Baruk dijo...

Arturo, la archivolta de Villasayas nos huele mucho, muchísimo, mucho, pero que mucho, mucho, a los ocho pecados capitales, pensamientos o vicios monstruosos como se les solía llamar entonces.

Descifrar cual de esos monstruitos es cada vicio, ya es otra cosa.

Algo sobre esto y de la archivolta comentamos en nuestra entrada “Detente” del 1 de junio.

Al final de este artículo tienes el enlace. Ya nos dirás!

Saluditos

Baruk dijo...

Pilar, un saludo.

El tiempo es oro, ya lo sabemos, te agradecemos gastes un poquito del tuyo con nosotros.

Un beso

Baruk dijo...

Mi queridísimo Alkaest, el alegrón siempre nos lo llevamos nosotros de tenerte por aquí!

Aunque debo decirte que, aún diccionario en mano, pocos podrán explicar y saber en qué consiste la acedía, de hecho sólo lo entenderán aquellos que alguna vez hayan sido asaetados por ese demonio, entonces reconocerán el veneno que lanza el demonio del mediodia (y si lo preferís, en lugar de veneno llamadle vinagre).

Tomás de Aquino la identifica con la pereza
Ramón Llull con la envidia
Sagarra con la insidia
Dante con la indolencia o debilidad a la voluntad de evolucionar
y otros con el aburrimiento

Aunque en realidad todas ellas son hijas o consecuencias de la Acedía=Aborrecimiento.

La acedía es un vicio CLAVE!

Salud y fraternidad

Unknown dijo...

Efectivamente. Como bien indica Baruk, cuando hace casi un año iniciamos el estudio de esta interesante portalada de Villasayas, coincidímos en que su interpretación pasaba, casi necesariamente, por la representación iconográfica de los clásicos vicios monstruosos precursores de toda la teoría escolástica de los pecados capitales. Y que éste, en concreto, es la Acedia.
Hubimos de volver a visitarlo para asegurarnos de su concepción teológica "columbanista" y hasta osamos "repasar" la tonsura del jinete.
Los que vinieron después, nos enseñaron la Shirga gaélica, pero enontraron la calva reluciente.

Salud y románico

Alkaest dijo...

¡Mira que "casualidad"!
Resulta que el bueno de Ramón Llull lo identifica con la envidia, y yo, sin saberlo, me he marchado por el camino de esa hipótesis, siquiera sea de forma intuitiva... Interesante.
Una cosa, sin embargo, me inquieta. ¿Cómo es posible que no exista "virtud" -léase antídoto- que contrarreste el veneno de la "acidia"? Precisamente, si se consideraba un defecto tan grave.

El caso es, que esa portada de Villasayas me recuerda otra similar. Pero, que me frían en manteca, si mi anciana memoria consigue encontrar en sus recovecos el lugar concreto. Y sin embargo estoy seguro de lo que digo, mucho más desde nuestra visita común al tonsurado personaje y sus simpáticos compañeros de fatigas.

Salud y fraternidad.

pallaferro dijo...

Este trabajo está “de vicio”. Felicidades a los monstruos. Y a Baruk y Syr, también.

Sólo una pregunta: Con la representación de los ocho pecados capitales en la parte exterior de la iglesia, en su archivolta... si esta portalada tuviera un tímpano, ¿Qué representación creéis que tendría tallada?

Un abrazo.

Unknown dijo...

Gracias, Pallaferro, por tu distinción entre "los monstruos" y nosotros.

Contestando a tu pregunta, Baruk y yo pensamos que de haber tímpano, la respuesta habría de ser la que nos dejaron en Biota: Esa Psicostasis. Pues si tenemos en cuenta que su teología no pasaba por las virtudes, sino por la penitencia tasada ( a cada pecado, le corresponde una determinada penitencia) que habría que "encargar" a los monjes previo dispendio regulado, no cabe otra alternativa....

Salud y románico

Baruk dijo...

Alkaest, el demonio meridiano no tiene virtud curadora porqué cuando hace su aparición se desintegra la esperanza, y según dicen, la esperanza es lo último que se pierde. Así que si te pica, estas listo!

Otra cosa, creo saber que portalada te recuerda a Villasayas... iremos a verla, desde luego, pero a poder ser en tiempos más calidos.


---

Mónica, ya conocíamos el directorio. Gracias de todas formas

Un saludo

Pilar Moreno Wallace dijo...

Una vez más me sumerjo en tu texto; un tema muy interesante del que me gusta saber cosas.
(gracias por tus amables visitas a mi blog)

Anónimo dijo...

es un autentico placer leer y aprender contigo.Desconocía la Acedia,aunque en algunas de sus manifestaciones, me recuerda, al pecado contra el Espiritu, el único que no tiene perdon, y a la melancolía de las monjas, que Sta Teresa, trataba con palabras muy duras,instandolas a que se refugiasen en las maestras, obedeciendolas, y a estas que tratasen a las monjas con dureza.
Da gusto aprender contigo.besos carmina

Pilara dijo...

Mi conocimiento sobre pecados es un poco limitado aunque seguro que adolezco de varios de ellos.No encuentro la relación entre envidia y pereza o acidia.
La envidia o dolor, tristeza , pesar por el bien ajeno me parece una falta muy grave pero que sólo deja al descubierto lo bajo de la autoestima del que la sufre (creo que de éste me he librado) y pienso que bien orientado te puede llevar a la emulación más que a la destrucción de lo envidiado.
Sin embargo la pereza es un autentico pecado mortal, porque no me digais que no es un poco dejarse morir el no tener fuerzas para afrontar los trabajos de la existencia. La desgana, el abandono de ánimo, la aversión a las obligaciones, el aburrimiento que nos hace dejar de cultivarnos, eso va contra la esencia del propio ser humano...es como si renunciases a tu propia salvación. Otra cosa es que sólo te resistas a las obligaciones y te entregues a la ociosidad, las comodidades, los placeres y a tus propias pasiones pero creo que aquí ya estaríamos pisando otros terrenos...

Un fuerte y diligente abrazo.

Alkaest dijo...

"Por tanto, cuando comiences a ser una paloma de sencillez en la conversación espiritual y tórtola de castidad en la adhesión a Dios, estáte en guardia con mayor diligencia contra las astucias del buitre que da vueltas alrededor, es decir, contra las insidias y arrebatamientos del demonio meridiano..."
Jean de Fécamp, místico benedictino del s.XI, en "Cauta consideración para evitar los arrebatamientos del Demonio Meridiano".
Este monje, atribuye a dicho "demonio geográfico", el poder de hacerse pasar por Espíritu Santo, para engañar a las almas arrebatándolas con ensoñaciones, incluso que contienen visiones de predicción verdaderas, como si fuesen auténticos arrebatos místicos; también sugiere a las personas una especia de "delirios de grandeza", para que los devotos exageren sus cualidades y sean vanidosos; además, inculca en los religiosos una inquietud con su estado, para que deseen lo contrario de lo que son.
A lo que se ve, este Diablo es un tipo polifacético y muy atareado. El que inculca la "acedia", parece no sufrirla...
Moraleja: ¡Qué cansino es ser diablo!

Salud y fraternidad.

Anónimo dijo...

"...la pereza es un autentico pecado mortal" !Pero Pilara! ¿Quien pudiera disfrutar unos dias de ese abandono del lastre de las obligaciones biologicas de tu cuerpo y sumergerte en lo complicada pregunta de tu existencia? en otras palabras una buena siesta, de esas de despertador,es más el mal de nuestros tiempos,la falta de él,no nos hace ver mas que lo material y cotidiano y siempre seremos esclavos de el,Amiga del romanico Pilara ¿no te gustaria revolcarte en el prado al lado de alguna romanica y pasar la tarde,pero sin hacer nada, simplemente dejarte abandonar,sin prisas,sin tener por que pensar,sin bajarte a lo terrenal,a veces lo que se conoce como pereza en esta sociedad tan activa carente de todo menos de envidiar al que tiene no al que es, es simplemente enrriquecimiento de otros,para mí viva la pereza mientrasla pueda soportar tu cuerpo y ¿porque no? viva tambien los pecados siempre que se respete a los demas,para que me entiendan,de esos que se confunden con placeres y vicios, me veo con el de los cuernos,no me salvan ni los del "Septimo de Caballeria"pero claro,me queda una ultima duda ¿ ?
un saludo para todos Esca

Pilara dijo...

Queridísimo Alkaes, tus citas me hacen pensar, quizás sea algo insidiosa, que a los "buitres" de las diferentes jerarquías siempre les ha venido muy bien tener muchas tórtolas de cástidad a disposición y sin oposición así como a múltiples palomas de sencillez que no se le enfrenten en la conversación...Esto hace la vida más llevadera...¡ dónde va a parar!

Y...sí, el prado(a mis cortas luces)con románico gana mucho...

Ah!..¡Creo haber visto una linda palomita...o será un diablo meridiano!...

Salud y mucho románico!

Alkaest dijo...

Al lobo con piel de cordero, siempre acaba uno por verle asomar la oreja. Y al "buitre", se le ve "la pluma". No es tan inocente, que las jerarquías hayan puesto el nombre de "rebaño" al conjunto de fieles de la nueva religión.

A todo esto, no olvidemos el sabio refrán popular:
"Hay que tener amigos hasta en el Infierno..."
¿Por qué no, un Demonio Meridiano? Quizá no sería tan mal colega.

Salud y fraternidad.

Anónimo dijo...

En la uniformidad del "rebaño", cualquier desviación o alteración se hace más evidente y si "creas mala conciencia" ya tienes dominada a la masa... pues ella por sí sola y a poco que te esfuerces se encarga de mantenerse homogénea.

La siesta, repetuosamente, sosiega cuerpo y espíritu. Así es que, amigo Esca, no dudes... peca de "pereza" y comprobarás sus benefícios y al emular a los que lo hacen sin "mala conciencia" habrás evitado la "envidia"...

De todas formas, te aconsejo que... como yo, también te vayas haciendo un círculo de amistades... en el Infierno... Siempre es mejor irse conociendo!!

Salud y Dónde está el románico?

Rubén Oliver dijo...

Uy!que demonio más malooo...!
Vicio sin virtud que le resista...
Pues con ésta premisa,nuestro demonio va directo al triunfo en la sociedad actual!.


Yo,que concibo la siesta como Camilo José Cela,esto es:"de pijama,crucifijo y orinal",ya había notado alguna vez accesos libidinosos,y de otro caríz,en la hora sexta,cuando todo parece vano,más no pensaba que eran debidos a dicho personaje.

Qué hacer pues ante éste gusano,que pudre en nuestro árbol las ramas que dábamos por más seguras,infectando nuestra savia.
Yo ya me he prevenido rezando mis oraciones y realizando mis conjuros.Que uno ya tiene sus propios demonios que le atosiguen,para acoger otro tan vil.
Podemos consolarnos pensando que a la raíz de donde nace la esperanza,no ha llegado ningún demonio,yo lo veo así.El impulso vital es innato a todos los seres,y la merma de esperanzas,la indolencia espiritual,solo nos coloca en un estadio inferior,pero dentro de lo que ya somos.(Pensamos inocentemente en huir,luego vemos que no hay hacia adónde).


Por otro lado,muy buen trabajo el de los autores,que tienen a bien divulgar,con lo que,al menos yo,aprendemos cosas nuevas.



Sobre lo de la "tristeza del bien ajeno",considero que es un pecadillo,que refleja la bajísima condición del que en tal incurre.
Es,para mi,un grave falta de humanidad,que situa a sus adictos en el mismo nivel,si no más abajo,que el de las aves carroñeras.
Con el respeto debido al modus vivendi de dichas aves,que no lo han escogido por si mismas.


Y esto es todo por ahora...

Saluditos...

Anónimo dijo...

Es el tercer intento que hago para entrar en comentario aqui, porque me acabas de aclarar lo del demonio meridiano.. Cuando haciamos el Servicio Social obligatorio en campamentos, teniamos que rezar todos los dias para ser libradas "del asalto del demonio meridiano" Nadie sabia de que iba..y hoy me acabo de enterar... Menudo post mas completo.

Y la acedia yo creia que era una mata comestible!

Son interesantisimas todas tus entradas. Gracias porque te lo has currado esta bien a fondo, que se nota

Un besazo de Melusina

chis dijo...

García M. Colombás en su versión de la Regla de San Benito describe la Acedía así:
"La acedía... no traduce más que uno de los muchos componentes de uno de los vicios capitales descritos por los maestros del monacato antiguo.
Viene a ser una complicada mezcla de tristeza, disgusto, fastidio, pereza, somnolencia, angustia, inestabilidad, desánimo y todavía otros ingredientes por el estilo.
Era (y sigue siendo) uno de los enemigos más formidables del monje".
Saludos cordiales

BAMBUQUE dijo...

Muy buena nota... ¿Alguien puede orientarme qué relación existe entre el demonio meridiano y el dios Dionisos? Lo necesito para una monografía... Gracias.

Baruk dijo...

Bambuque, supongo que algún otro podrá ilustrarte más ampliamente pues el tema da para largo, pero resumiendo y muy brevemente, el demonio meridiano y Dionisios ni se parecen.

La única relación que existe es que ambas son las figuraciones alegóricas hechas por el hombre, la primera de un estado muy malo del alma y la segunda de una actitud ideológica de y en la vida.


Un saludo

Suni Mocholí Roselló dijo...

Excel.lent entrada.
Una abraçada

Baruk dijo...

Un placer tenerte aquí, Suni

Tons

Juan Carlos Moreno dijo...

Excelente estudio de los pecados y en concreto de la acedía, siempre es un placer sumergiese en textos tan enriquecedores.

Juan Carlos Moreno dijo...

Excelente estudio de los pecados y en concreto de la acedía, siempre es un placer sumergiese en textos tan enriquecedores.

SYR Malvís dijo...

Gracias, Juan Carlos, por acercarte por aquí. Un abrazo

MrsUnlucky dijo...

Excelente escrito. Y no se Trata de figuraciones, ese diablillo siempre anda al acecho. Gracias.

SYR Malvís dijo...

Gracias a ti, MrsUnlucky, por tu visita y comentario. Esperamos tenerte por aquí a menudo.

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