23 abril 2016

LOS MAESTROS DE IRACHE -​perros y gatos masones-



No sabemos sus nombres. No sabemos dónde nacieron ni dónde murieron ni de lejos la historia de sus vidas. Sólo sabemos que nos han seducido, hipnotizado, embelesado.

Rozando la obsesión hemos pasado horas contemplándolos, hemos merendado en su presencia y también dormido bajo sus miradas. Siempre las mismas. Inalterables, triunfadoras, seguras de sí mismas. Y no es para menos. Han conseguido permanecer más allá de sus tiempos.



Visita obligada cuando íbamos por la zona e incluso expresa para poder volver a ver sus rostros, los "maestros de Irache" les llamamos, porque hasta la fecha, nadie nos ha revelado aún sus nombres.

Desde los albores de la historia escribir la firma del artista junto a la de sus obras ha sido y és un hábito que, además de justo, es de derecho propio y de cada cual.

No obstante, en la Edad Media esta práctica empezó a diluirse llegando casi a desaparecer. El motivo: la influencia monástica influyente y muy motivadora cuyo objetivo era la eliminación de cualquier sentido de individualidad.

Algunas veces el nombre del promotor figuraba como si fuera el ejecutor  material de la obra, otras veces éstas parecían haber sido elaboradas por medio de una mano anónima o sobrenatural, pues prevalecía la usanza de gentes piadosas que realizaban los encargos no para reconocimiento propio sino para mayor gloria de Dios.





En el caso que el autor, en su pundonor, deseara inmortalizarse junto a su creación sin que se le acusara de soberbia o vanidad, podía recurrir, gracias a la jerga gremial secreta para los no iniciados, a algo que además de embellecer la casa de Dios permitía pasar desapercibido a los ojos de los murmuradores: la plasmación en la piedra con personificaciones de sí mismos o imágenes alegóricas con las que ellos se identificaban.

Y aquí están ellos, con sus signos de identidad, los unos y los otros.



LOS UNOS:




Se da por hecho que en la jerga de los constructores medievales, tan alejada en el tiempo y prácticamente desconocida, el perro, era imagen del cantero.

Pese a que nadie pueda afirmarlo y nos resulte extraño relacionar un cantero con un perro, la verdad es que es la asociación retórica más popularmente conocida por lo evidente que resulta.

Es sabido por todos que las palabras idénticas con fonética similar pero significado diferente -polisémicas y homónimas- son hoy, igual que ayer, una cantera (nunca mejor dicho) para chanzas y sutilezas varias. El nombre can, siempre habia designado a dicho animal hasta que entrado el s.XV el término "perro" hizo su aparición.






El juego de palabras "ca- canto- cantero", junto a los hábitos de vida de los trabajadores de la piedra, propiciaba esa mutua identificación:

* Un can, aparte de ser el mejor amigo del hombre es también un guijarro o un trozo de piedra.

* El can labrado es la parte más sobresaliente de la moldura que carga una cornisa, normalmente esculpida, conocida como "canecillo", asimismo es un perro que está adiestrado (a-maestrado) y por comparación, también el aprendiz resulta ser un "can labrado" cuando es formado por el maestro.

* Se solía decir que cuando un canto de piedra caía por accidente y dañaba una de las extremidades del cantero, ésta, le habia mordido la mano o el pie, igual que actúa el perro con aquellos que le molestan o no son de su agrado.

*Un conjunto de canes (perros) antiguamente se denominaba canalla, de donde proviene esa palabra que hoy designa a la “gente baja o de malos procederes". A la vez, los cánidos vivían todo el día al aire libre campando a sus anchas, ladrando por el juego o rivalizando por la presa pero siempre con el ojo avizor, vislumbrando y jerarquizando las órdenes del cabecilla.




Fácil es ver la asociación con la vida del cantero medieval, laborando aquí o allá, siempre pendiente de las órdenes de su patrón y amparándose en la cuadrilla en los momentos de descanso cuando se divertían fuera de su lugar de trabajo.

No obstante, otro popular animal que compartía lugar y vida en el mundo de los canteros también hace su aparición junto a la figura perruna: el gato.




Del latín cattus que significa agudo, hábil, listo e ingenioso, ésta palabra participa, casualmente, con la misma raiz "ca" que planea en el universo de los constructores. 

Sobre este animal recopiló unas anotaciones Cayo Plinio Segundo en su Historia Natural s.I dC: 


"El gato es el capital enemigo de los ratones. Es este un animal doméstico que comúnmente se cría en las casas para la limpieza de ella, llamarónle los latinos Catus por su industria y saber -que esto es lo que significa este nombre: sabio y agudo-, aunque entre los más elocuentes oradores es llamado Felis (alegre, feliz)" 

"También son amigos de estar compuestos y lustrosos, y mojándose las manos con su saliva se lavan a cara y con la lengua se lava y alisan el pelo".


Paradójicamente, catus aludía a los gatos salvajes, mientras que los gatos domésticos eran llamados felis (feliz). Sin duda conseguir pertenecer a un hogar era una gran felicidad, posiblemente como la experimentada por los artesanos al conseguir pertenecer a un gremio.


Vemos pues en la imagen del gato varios significados: el felino propio en sí, la facultad de ser independiente y avispado, la agudeza, la astucia, la habilidad y el pensamiento claro.



 

La figura del gato totalmente curvado, llegando a lustrarse todos los rincones de su cuerpo es como el intelecto hábil, agudo e imaginativo que va más allá de la razón, un reflejo muy apropiado para comparar  aquellos artistas que gozan de un entendimiento similar.



Si confiamos en los que aseguran que la marca del espiral representa el oficio de constructor, es imposible no pensar que acompañe a este retrato por algo.

Presente en numerosos documentos y libros de fábrica, el vocablo "magister", acompañaba siempre al nombre del arquitecto y servía normalmente para designarle en relación a un encargo o contrato. Es decir, que este nombre no alude nunca al oficio, sino a un cargo o ministerio. 

Así pues, magister maior, era usado para nombrar al máximo responsable y director de los maestros que intervenían en la obra.






Por otra parte, la terminología medieval que alude a los artistas y a los artesanos de la construcción tiene un significado muy variable según los lugares y las épocas. En general, artifex se identifica con "artista" y operarius con "trabajador", aunque a menudo son utilizados de forma indistinta.

Por tanto, en los casos que el cantero está sujeto a figuración, siempre es reconocido por los instrumentos con los que se retrata: cincel, puntero, pico, maceta, etc., sin que podamos llegar a discernir si se trata del magister operarius: responsable técnico de la obra, del magister artifex: encargado de la escultura, o del picapedrero-trabajador en sí.



Jugando con la imaginación, nos place ver en estas tallas los retratos de cada uno de ellos, asaltándonos la duda de que si se esculpieron a sí mismos o se encontraba entre ellos un cuarto magister "retratista".



LOS OTROS:




Si algo nos ha sorprendido en la documentación que hemos consultado relacionada con la zona monacal de Irache es el laberíntico entretejido de vínculos familiares y linajes poderosos o influyentes que ocupaban destacados puestos entre la alta nobleza navarra y, cuyas donaciones o legados testamentarios efectuados a dicho cenobio, son acordes a la alta alcurnia en sus linajes: castillos, viñas, heredades, villas enteras, etc.


Familias con gran relevancia en la corte de los antiguos reinos de Navarra, Aragón y Bearne aparecen entroncándose constantemente entre ellos, acordando uniones matrimoniales entre sus vástagos que, para más confusión nuestra, reciben nombres exactos que se repiten a lo largo de las dinastías.


Entre ellos, es obligado mencionar por su reiterada aparición en el lugar y la época que nos ocupa los linajes de los Lópe Garcés, Peres de Azagra y los López de Haro.



Emblema de los de Lopes de Haro, esculpido en varios sarcófagos
de dicho linaje. Monasterio Santa María la Real de Nájera




Defendemos que los albores de la heráldica surgieron de embrionarios canecillos, donde los sujetos se personificaban a sí mismos en aquello que identificaba su ascendencia.


Por eso intuimos que la mujer de la dulce sonrisa y el hombre de gruesos labios y pelo ensortijado, se encuentran junto a los canecillos correspondientes a su linaje: el bóvido que saca la lengua y el can llevando la cría en la boca. Creemos que estas representaciones pueden ser una seña identificadora de la familia a la que pertenecían estos personajes.



Si imaginásemos un nombre para ellos, nos gustaría llamarlos Toda Lopes (Garcés) de Alagón y Rodrigo (Pérez) de Azagra, ello como homenaje a un matrimonio que, entre otros, colaboraron con su fe y sus generosas donaciones a que Iratxe creciera en esplendor y que escogieron Iratxe para su eterna sepultura. Todo cabe en la imaginación.



Conclusión: Más allá del simple ornamento embellecedor, las imágenes esculpidas en las ménsulas y canecillos románicos son, la mayoría de las veces, la puerta de entrada a un mundo imaginario y real a la vez. Real, porque en su día esa imagen fue receptáculo de la forma de ser y del pensar de una época a la que hoy en día sólo podemos adentrarnos con la imaginación.


Salud y románico!



(1)  Las artes en el camino de Santiago

(2) España Sagrada. (D. Diego López de Haro, antes señor de Vizcaya, trocó su nombre de Vizcaya por de Haro cuando consiguió ganar Navarra a los moros)

(3) Memoria y presente de los canteros de Cantabria









8 comentarios:

pallaferro dijo...

Las conjeturas tienen un papel muy importante en todas las ciencias. Son ideas planteadas fruto de la intuición, de la observación y del estudio pero que, sin embargo, no se dispone de los suficientes datos que demuestre su veracidad.

Sin embargo, las conjeturas son semillas latentes que pueden florecer en hechos fehacientes cualquier momento. Son los motores de la evolución de cualquier ciencia. Por ejemplo, las conjeturas han permitido avanzar enormemente las matemáticas en los últimos siglos.

La Conjetura de Salud y Románico, expuesta aquí, puede llegar a proyectar resultados interesantes en el conocimiento de los Maestros de Irache y algunos de sus comitentes. Los unos y los otros.

Que podamos seguir imaginando sus nombres, sus costumbres y su argot. Que podamos seguir contemplándolos tumbados en el verde prado, soñando con los ojos abiertos en busca de ese dato revelador que, con el tiempo, convertirá la conjetura en teorema románico!

SYR Malvís dijo...

Es que, a veces, las conjeturas bien estudiadas y argumentadas, son presunciones "iuris tantum". Mientras no se demuestre lo contrario...

Jan dijo...

Una curiosidad al hilo de la interessante relación entre el perro y el maestro constructor que aquí exponeis. Hay un lienzo en el Museo del Prado titulado "La construcción de la Torre de Babel" pintado por Frans Francken II, donde aparece un perro en primer plano con la mirada dirigida hacia nosotros. Según la interpretación de algún investigador, en esta obra se simboliza el conocimiento de los antiguos mediante la imagen del animal. Como podréis observar, el can está junto al que parece el sabio que dirige la construcción, dando instrucciones al maestro cantero que está con un compás apoyado sobre una piedra cúbica. Siempre me gustó esa pintura. Abrazos !

chis dijo...

Decía Einstein que "la imaginación es más importante que el conocimiento"
Y que "Lo importante es no dejar de hacerse preguntas"
Pues eso. Y aún en el peor de los casos, "si non è vero è ben trovato"
Gracias por compartirlo y hacernos disfrutar
Un abrazo

Jan dijo...

Recuerdo que en la escuela de artes y oficios, uno de los ejercicios en el taller de volumen era el de retratarnos los alumnos unos a otros. Lo digo como anécdota, sin intención de que de ello se pueda deducir una respuesta a tu pregunta sobre la autoría de esas imágenes, de hacerlo inevitablemente entraría en el terreno de la especulación. Lo que sí parece claro es que son retratos, esas imágenes no parecen pertenecer a un repertorio de diseños como los que solían utilizarse.

Suni Mocholí Roselló dijo...

Os comparto

Paco Aceitero dijo...

Existe la denominación de Lobos en el compañonaje. De hecho, son como lobos solitarios realizando el "tour de Francia", aunque vayan en grupo en algunos trayectos durante el tiempo que les lleva el tour, de cayena en cayena,hasta conseguir el título de oficial...

Can o perro,lobo, chacal, o Thot es parte de la misma idea o símbolo que representa el conocimiento completo, el guardador de las últimas voluntades ante el fin de los días y, por tanto,fiel acompañante en el sepelio.Un ser psicopompo experto en la conducción de las almas...

Los canteros cumplen,también,esa misión de conductores y elevadores de almas en la construcción de un templo

Baruk dijo...

Apreciado Paco,

Es muy interesante y a la vez reveladora toda esa información que nos aportas, muchas gracias! La asociación "psicopompa-canteros", todo un acierto.

Un abrazo

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