A nuestro queridísimo Chis,
doctor en amistad, jotas,
historia aragonesa, románico
y que, en sus ratos libres,
ejerce medicina de cuerpos y almas.
Nos cuenta Chis, "el único normal del grupo" según opina una querida amiga, que él siempre había tenido la sospecha que tras aquel grueso muro podía esconderse la puerta de la antigua torre defensiva que actualmente forma parte del campanario de su iglesia, la Colegial de Santa María la Mayor de Abiego.
Y es a raíz de unas obras de restauración en 1988, al sanear la pintura que cubría el interior del templo, cuando en efecto, apareció cegada la típica entrada elevada de torre defensiva a más de tres metros del suelo actual.
Empeñandose junto al entonces párroco de la iglesia, Juan Carlos Barón, que, tras esa pared, la escalera medieval seguía intacta en su interior, decidieron abrir un pequeño acceso en dicha puerta para poder entrar a comprobarlo.
Y en efecto, siendo los primeros en franquearla tras cientos de años y través de un pasillo que recorre el espesor del muro, llegaron a una estancia de bóveda de cañón apuntado en perfecto estado de conservación, que tiene una estrecha saetera defensiva en la parte oeste.
Aunque, no era esa la única sorpresa que les aguardaba.
Fue en ese corto pasadizo hacia la escalera donde semi enterradas bajo escombros, José Luis Conte Sampietro, descubrió unas tablas de retablo pintadas, cuya existencia se desconocía hasta el momento.
Fácil es imaginar su alegría tras la sorpresa y más aún la satisfacción cuando las pinturas, una vez limpias y bien colocadas, lucen así de esplendorosas en su amada iglesia.
Al observar el bello retablo, no deja de fascinar la originalidad de sus representaciones, pues algunas de ellas son poco habituales o mejor dicho, muy únicas.
El primer ejemplo de ello lo tenemos en su parte central, presidida por una inédita representación del Arcángel San Miguel dentro de una mandorla que lucha con el maligno.
Sorprende que cuando en el gótico había caído ya en desuso la representación de la mandorla, este retablo nos muestra nada más y nada menos que a un arcángel rodeado de ella.
De todos es sabido que en el arte cristiano y desde el s.VI la mandorla se había constituido en un atributo de Cristo en escenas de la Transfiguración y de la Ascensión, extendiéndose posteriormente a otros aspectos de la vida de Cristo, del Pantocrátor o de la Divina Sabiduría, pero en ningún caso a figuras angelicales.
Reconocemos la excepcionalidad de esa representación nunca antes otra vista, y es por ello que no podemos concebirla si no es asumiendo que el maestro pintor recurrió a la mención de la lingüística nominal: Mija-El, Mikaiyáh o Mijai: ¿Quién como Dios!? ...
Frente a él vemos a San Bartolomé, con luenga barba, sujetando un libro y un amplio cuchillo, símbolo de su desolladura.
En la parte superior San Fabián y San Sebastián, patrones de Abiego, cuyo culto tradicionalmente siempre ha ido unido, celebrándose el 20 de enero en la festividad de los Santos Mártires.
El primero, vestido con ropas pontificales, sedente y extendiendo su brazo en bendición y el segundo, en otra inusual figuración, pues no aparece en el característico momento del martirio, sino un joven dignamente ataviado sujetando en ambas manos un arco y una flecha.
Y coronando el conjunto, la crucifixión de Cristo donde María y Juan acompañan la escena intentando desviar la atención del espectador hacia el paisaje del fondo que parece reproducir una porción típica de la Sierra de Guara y que podría constituir un elemento de ubicación o punto de referencia para investigar la localización del templo de San Miguel de Guarga, de donde procede este retablo tan excepcional que podemos disfrutar gracias al tesón, fortuna y conocimiento de Jose Luis Conte Sampietro.
Conocemos, gracias al documento publicado por don Jesús Conte Oliveros (1), la visita que en el día primero de septiembre de 1560 efectuó el Rvdo. Don Pedro Vitales, Provisor y Visitador General de la Ciudad, a la iglesia de San Miguel de Abiego "hallando el altar con un retablo de lienzo con la imagen de San Miguel pintada en medio y a los lados los de San Bartolomé y Santa Elena. También visitó el altar de San Sebastián y San Fabián y halló el retablo de madera pintado con las imágenes de San Sebastián y San Fabián".
Y desde entonces, una oscura sombra se cernió hasta julio de 1998.
(1) CONTE OLIVEROS, J. " Viaje por pueblos oscenses". S. XVI. Colección Aragón, 1980.
(2) CONTE SAMPIETRO, J.L.: " Santa María la Mayor de Abiego". Diputación de Huesca 1999
Salud y Romànico
Salud y Romànico
10 comentarios:
Lo primero de todo, adherirme a esa afirmación, real como la vida misma: "Chis es el único normal de la cofradía", porque el resto, cada uno en nuestro estilo, ya vamos bien servidos...
En cuanto al aspecto artístico, si bien me asombra lo de la mandorla, "puerta dimensional" por la que sale el arcángel para llamar al orden a ese rebelde Lucifer, cuyo error fue sublevarse contra la autoridad legalmente constituida y meternos a todos en un lío de no te menees, no puedo dejar de señalar otro curioso personaje del retablo.
Me refiero a san Sebastián, aquí tan formalito, sentado como un niño bueno, con su arco y su flecha. Algo insólito, o al menos yo no conozco otro ejemplo similar, cuando lo habitual es que este mozo aparezca en el momento de su martirio. Como un "efebo" semidesnudo, atado a un árbol y con el cuerpo asaeteado por innumerables flechazos.
Pero ¿a qué extrañarnos? Este retablo es excepcional por todos los conceptos, igualito, igualito, que su descubridor.
Salud y fraternidad.
Pero... ¿ qué puede esperarse de una Cofradía que se intitula "del Simio" y que su Hermano Mayor es "Historiador de vocación, articulista a sueldo, antropófago ( perdón, antropólogo) ocasional, aficionado "fotografiador" y, a ratos perdidos, escritor. Pero sobre todo, y desde hace cuatro décadas, peregrino incansable por los caminos del medievo".
Y es cierto. ese retablo gótico presenta representaciones inusuales en su tratamiento que lo hacen tan, tan especial, como a su descubridor. ¿ Será que también se va volviendo menos "normal"?.
Según acabo de recordar escarbando en los archivos, este tipo de representación de san Sebastián, se originó hacia el siglo XV y es muy representativa una tabla existente en el Museo del Hermitage (San Petersburgo). Aunque sin ir tan lejos, en el Museo Comarcal de Daroca tenemos un estupendo ejemplo de fines de s.XV. Se trata de un retablo semejante al de Abiego, en su composición, realizado por el taller de Pedro de Aranda. Con la curiosidad añadida de que la tabla superior con el calvario lleva una inscripción en letras árabes. Por desgracia falta la tabla central, y no podemos saber si allí figuraba el justiciero san Miguel, mandorla incluida,dándole p'al pelo al "sedicioso" Lucifer.
¿Conocía el artista que trabajó en Abiego la obra de Pedro de Aranda y se inspiró en ella? Quede ello para ejercicio de buenos juicios.
Id a verlo y ya me contaréis. El de Daroca, digo, porque San Petersburgo queda un poco a trasmano.
(Agradezco al hermano cofrade, SYR Malvís, sus "elogiosos" comentarios, por mi inmerecidos de todo punto).
Salud y fraternidad.
Mis disculpas por el lapsus, la inscripción árabe aparece en la escena de la resurrección, en la tabla central de la predela, justamente en la cara frontal del sarcófago.
Salud y fraternidad.
En fin, como no os veo muy dispuestos a viajar, ni a San Petersburgo ni a Daroca, porque el tiempo está revuelto, en la mismísima Barcelona hay otro ejemplo de retablo semejante, en el Museo Nacional de Arte de Cataluña. Se trata de una obra del acarreño Miguel Ximénez, el "Retablo de san Juan Bautista" (1494), de estilo gótico hispano-flamenco, donde san Sebastián es un caballero lujosamente vestido, con la consabida flecha en la mano.
Salud y fraternidad.
Pues tomo nota para ir a comprobarlo al MNAC cuando tenga un ratito libre querido Alkaest, aunque lo de ir a Daroca me parece una idea muuucho mejor. Por otro lado, apostaría que el retablo de Abiego con su San Miguel tan exclusivo es obra de ese artista que tu nombras, el pintor Miguel Ximénez. Me da que pensar mucho que sí :-)
Acabo de leer y ver este artículo (se dice post ?) y me siento abrumado y feliz. Casi como rodeado por una mandorla...
El texto es preciso y completo; aprendo del mismo y lo suscribo en su totalidad. El retablo luce estupendo en las fotos (las mejores que he visto del mismo)
Estad seguros de que me ha llegado al corazón.
Gracias por publicarlo, por haberlo hecho tan bien, por haberlo disfrutado juntos en unos momentos inolvidables, por vuestros comentarios, por la dedicatoria, que me ha emocionado; y por vuestra amistad.
Lo que no es normal es tener unos amigos como vosotros
Un fuerte abrazo a todos
Visitar "por libre" la iglesia colegial de Santa María la Mayor de Abiego puede resultar interesante. Pero visitarla guiado por las detalladas explicaciones de Chis, rebosando entusiasmo en cada detalle, en cada recoveco del templo, es una experiencia única y memorable.
No en vano, este entusiasmo por su iglesia dio el fruto de localizar y acceder a espacios románicos desconocidos, como la cámara de acceso de la antigua torre defensiva, o como ese tramo inicial de la escalera de caracol y, como premio para él, para Abiego y para todo el Mundo, tuvo la fortuna de descubrir allí un tesoro: el conjunto de tablas inéditas y únicas que, hoy, lucen su esplendor presidiendo el altar.
Por eso que no podía faltar, en SaludyRománico, este "post" sobre el descubrimiento que realizó nuestro amigo Chis.
Un fuerte abrazo,
Gracias a todos por vuestros amistosos comentarios
Hoy es San Miguel. El nuestro lo celebramos con mandorla.
Un recuerdo para todos vosotros y también para otro amigo entrañable : el entonces párroco de Abiego y actual Deán del Cabildo de la Catedral de Huesca, Juan Carlos Barón, co-descubridor del retablo.
Y también artífice de su restauración y emplazamiento actual en la cabecera de la iglesia, donde luce como debe.
Un abrazo
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