14 marzo 2012

EL ESPINARIO: Te la sacas o te la saco?

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Frente al fruto, símbolo de cosecha y satisfacción de la vida, la espina es la representación del obstáculo, la dificultad y el dolor.

En las tradiciones antiguas, semíticas sobretodo, la espina evoca la tierra salvaje no cultivada. Alusiones hacia su perjudicial presencia las encontramos a menudo en las Sagradas Escrituras:


"... de la tierra brotará para ti maleza y espinas… “(Gn. 3,17),
“…pero la tierra que produce espinos y abrojos es reprobada, está próxima a ser maldecida…” (Hebreos 6,8)

Como alegoría del hombre que se aparta del camino de la fe, sus pasos estarán malditos por recorrer un terreno lleno de "espinas", porque así como la vida es comparada con un camino, del mismo modo los pies, en sentido figurado, son la herramienta necesaria para efectuar el recorrido.

“…En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies; por poco resbalaron mis pasos.” (Sal.73,2)

Para Gregorio Magno, el resbalón de los pasos, el tropiezo o la espina clavada serán referidos a la conducta moral-religiosa donde cada pecado sería una espina.

Y si el pie desnudo, es símbolo de libertad de cualquier contingencia temporal, la espina clavada es la pasión que hay que extraer.

El arte románico adopta y va a utilizar este simbolismo, y es ahí donde nos encontramos con uno de los modelos iconográficos que goza de más simpatía popular: el espinario.





Espinario erótico en Vízcainos (Burgos)





Se trata de una representación bien conocida por todos, la de un personaje sentado, que se encuentra ocupado en la extracción de una espina de su pie.

Algo tan natural y simple como eso va a convertirse en la época románica en la encarnación masculina de la lujuria, ya que según la visión eclesiástica del momento, al tener que mantener la pierna levantada, esa posición en concreto favorecía la exhibición de los atributos sexuales, algo que, sometidos a una fuerte represión carnal, los frailes consideraban una provocación y tentación sexual.

Tanto es así que, en una de las más antiguas reglas monásticas, ya se establecieron algunas normas concretas para reducir la posibilidad que se produzca tal eventualidad:

"Nadie tenga por su cuenta una pequeña pinza para arrancar las espinas del pie, cuando por casualidad las haya pisado, excepto el prior de la casa y el segundo. Ésta estará colgada de la ventana donde se cuelgan los códices" (Precepto 82 de la Regla monástica de Pacomio). (1)

Pero sea como fuese, ese es un incidente que todos hemos experimentado en carne propia alguna vez: la crispación de ver cómo algo tan pequeño puede producirnos semejante tormento, por lo que la representación de este suceso tan familiar y cotidiano no nació con el románico, sino que es algo que nos viene de lejos y del que ya existían arcaicas representaciones:


Berga (Barcelona). Reproducción de la celebre obra helenística del s.I.
La tradición romana lo asocia al pastor Marcio que llevó un importante mensaje al Senado romano y hasta que no cumplió su tarea no se detuvo a quitarse una espina del pie. 
Foto: Pallaferro
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Pan quitándo una espina a un rústico. Louvre s. IaC-II dC 
De este grupo existen varias copias de época romana
Foto: Anarkasis
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Así como la extracción por cuenta propia de la espina acabó siendo considerada como un emblema de la lujuria masculina y de la homosexualidad, curiosamente, el otro modelo clásico del espinario, donde la extracción de la espina es cosa de dos, desencadenó un proceso diferente y acabó transformándose en una visión de carácter cristiano-moralizante, no condenatorio, que se asoció a la idea de servicio y humildad.
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En ésta representación, para extraer lo que le atormenta, el "espinado" debe confiar la labor al otro.
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El espinario así percibido, originará una serie de perspectivas que acaban trascendiendo hacia un aspecto redentor.



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La autosuficiencia, entendida como orgullo, deja paso a la humildad y aceptación de ayuda, siendo, por otro lado, un servicio de desinteresado altruismo aliviar al lastimado.

Así pues, el rito de arrancar una espina para librar a alguien del dolor se vincula al plano purificador-liberador que, por asociación de ideas, se transfiere al lavatorio de pies donde se potenciará el papel catalizador de Cristo y de su iglesia como instrumento necesario para la regeneración.

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En el medievo, igual que ahora, la posición de un hombre en la sociedad era el reflejo de su control e influencia sobre otros. El servicio y la humildad eran asociados a las tareas de esclavos, por lo que mostrar estas cualidades era una debilidad. Aceptar la visión del Maestro, realizando la operación de lavar los pies a sus discipulos, pone en duda ese sistema de valores. 

El lavatorio es un rito, una liturgia donde el ejemplo de igualdad prevalece y donde, equiparado con el espinario, se acentúa la contraposición de las ideas de éxtasis y angustia, placer y dolor.

Aquí, no es la dolorosa extracción de una "espina" lo que se intenta sacar, sino limpiar, con gozo, el "polvo del camino".



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Reflexión:

Si antiguamente la figura del espinario levantaba recelosos pensamientos de culpa, hoy, llegando a valorar factores propios e internos, a través de la propia vivencia del dolor causado por una espina clavada en el pie, podemos relacionar esa experiencia con el sufrimiento del alma causado por heridas como las penas, la culpa, la amargura o el duelo.

Pero, a su vez, el mensaje alegórico de arrancarse la espina infiere al hombre una vía de auto-sanación: debe pararse, sentarse y concentrarse para, con mano firme, extraerla del lugar donde le produce dolor.

Es la contrición, que le permite lograr, por sí sólo y sin intermediario, arrancar la espina de su culpa para volver, regenerado, a retomar la senda. Pero eso sí, siempre manteniendo esa prudente posición para no dejar el culo al descubierto.
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Salud y románico

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16 comentarios:

Marmimuralla dijo...

La vida suele tener rosas llenas de espinas. Poder extraer las que sin querer se nos clavaron y lastiman el cuerpo o el alma, es tarea primordial para hallar el descanso y poder continuar el camino.
Por todo ello, no me extraña que aparezca en el románico, ese tiempo tan clarificador y mágico en la etapa del hombre.
El espinario, solo o con ayuda, intentando apartar el sufrimiento que produce una espina, física o espiritual, no podía faltar en ese mundo de canecillos y capiteles que siempre me asombran y encantan.
Cada uno puede sacar su conclusión y adaptarla a su visión de la vida, pero lo cierto es que siempre se agradece la liberación de una espina ...
Gracias por tus fotos y tus palabras, queridiña !!!
Bicos

Laura dijo...

Gracias Carmiñina, tú si que sabes de quitar espinas!!

Muchis

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Alkaest dijo...

Un buen acercamiento al "espinoso" tema de este personaje.
Me viene a la memoria, aquel sermón de San Agustín, exhortando a los fieles para amarse mutuamente como se aman los miembros del cuerpo humano:
“Finalmente, hermanos, si a algún miembro del cuerpo le sobreviene alguna molestia, ¿cuál de los restantes miembros le negará su ayuda? ¿Qué cosa hay en el hombre más en el extremo que el pie? Y en el mismo pie, ¿qué más en el extremo que la planta? Y en la misma planta, ¿qué otra cosa que la misma piel con que se pisa la tierra? Así y todo, esta extremidad del cuerpo forma tal parte del conjunto que, si en ese mismo lugar se clava una espina, todos los miembros concurren a prestar su ayuda para extraerla: al instante se doblan las rodillas; se dobla la columna; se sienta, para sacar la espina; ya el mismo hecho de sentarse para sacar la espina es obra del cuerpo entero. ¡Cuán pequeño es el lugar que sufre la molestia! Es tan pequeño cuanto la espina que lo punzó; y, sin embargo, el cuerpo en su totalidad no se desentiende de la molestia sufrida por aquel extremo y exiguo lugar; los restantes miembros no sufren dolor alguno, pero todos lo sienten en aquel único lugar”.

Aunque esta es sólo una de las múltiples facetas del símbolo "espinario", porque hay otras y bien sabrosas. Por ejemplo, ¿sabeis que también existen "espinarias"...?

Salud y fraternidad.

Baruk dijo...

Espinarias y virgenes quizá? cuenta, cuenta...

Alkaest dijo...

La experiencia, madre de la ciencia y prima de la sabiduría, me ha enseñado a no opinar sobre la "virginidad", ya sea humana o divina...

Salud y fraternidad.

Gargolita dijo...

HELLO MI BARUK!!!
Siento no haberte respondido antes,... joe con el espinario! y pensar que sólo lo podíamos encontrar en el helenismoooo!!! me ha encantado la entrada del blog!!!!

Pilar Moreno Wallace dijo...

Símbolos, rituales, ... Sigo leyéndote y aprendiendo a "mirar" y "descubrir" todo lo que encierra el Arte.

Jan dijo...

"Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡Las colinas
doradas, los verdes pinos,
las polvorientas encinas!…
¿Adónde el camino irá?
Yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero…
-la tarde cayendo está-.
“En el corazón tenía
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día:
“ya no siento el corazón”."

Antonio Machado "Yo voy soñando caminos"

La espina, tan presente en el canto de los poetas. Buena entrada

Tony Hartwick dijo...

Y hablando de poetas y espinas (thorns), que hay al final de un tallo de espinas...

A sepal, petal, and a thorn
Upon a common summer's morn—
A flask of Dew—A Bee or two—
A Breeze—a caper in the trees—
And I'm a Rose!

(Emily Dickinson)

Si lo traduzco queda fatal, como todas las poesias.

Un abrazo

Syr dijo...

Desearíamos introducir un dato que, frecuentemente, pasa inadvertido a los estudiosos de este popular tema en el cual, casi todos, dan por asumido el carácter priápico o lascivo.

¿ Habéis reparado que en el arte oriental la figura en que un personaje arropado extrae la espina del pie a un rústico encapuchado nunca aparece en marco iconográfico relativo a vicio o pecaminoso, sino en mensarios y, concretamente referido a los meses de Febrero o Marzo?.

Salud y románico

cdeburgos dijo...

Me ha encantado saber estas cosas sobre el espinario, disfruto mucho conociendo tus estudios, Besos :O)
Carlota

Alkaest dijo...

Compadre Syr, si que habíamos reparado, al menos algunos...
En tal sentido, suelen aparecer los espinarios sobre todo en mensarios medievales italianos, por influencia del arte bizantino.
Y, en efecto, no deberían ser asociados a la lujuria, sino a la "regeneración" o "fertilidad" de la naturaleza, propia del primaveral mes de marzo.
De ahí que existan "espinarios" y "espinarias"...
Un buen ejemplo, es el mensario representado en la "fontana de perugia", de 1277.

Salud y fraternidad.

Syr dijo...

No se te escapa una ( por eso será que eres Magister).

Efectivamente. Y también el arte bizantino dejó su impronta en la catedral de Sessa Aurunca, a finales del s. XII donde el espinario de "a dos" representa el mes de Marzo.

Y es curioso que sea en Santa María do Azougue, donde se retome esa tradición en el románico español.

¿ Crees que el hecho de que en los restantes mensarios conocidos, el hecho de que los meses de Febrero y Marzo aparezcan representados por un rústico con el pié estirado calentánse al fuego pueda ser una extrapolación mutilada de su representación más originaria?.

Un abrazo.

chis dijo...

Espinas en el pie, coronando la cabeza o en el corazón.
En mi pueblo el viacrucis del Viernes Santo recorre caminos hasta la cima de un monte calvario. Con una cruz, una cadena en los pies, una corona de espinas y caminando descalzo sobre las piedras y las espinas, con hábito negro va un condenado con dos acompañantes.
Los llamamos "encadenaus" y la tradición quiere que "no se punchen" aunque pisen espinas.
Esto último os aseguro por experiencia que no es cierto.
Pero sí es cierto que da gusto aprender entre amigos como yo lo he hecho en esta entrada, que me ha encantado.

Iria Blanco dijo...

Muy buen estudio del Espinario en el Románico, Muchas gracias :)

SYR Malvís dijo...

Muchas gracias, Iria. Encantos de tenerte por aquí. Todo un placer

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