11 junio 2008

Las llaves de San Pedro

o las llaves de ANOLL?





La visita asidua a diferentes edificaciones románicas resulta un buen entrenamiento para la observación de esos signos conocidos como "marcas de cantero". 

Algunos de ellos llaman poderosamente la atención por su perfección de trazo, y, sin lugar a dudas, el más famoso y perfecto de todos es la famosa llave de Santiago de Aguero o como la suelen llamar algunos, la llave de Anoll, en correspondencia a unas siglas que se repiten en varios lugares de este templo.


Pese a recursos arquitectónicos e iconográficos similares en otros lugares de la zona, las siglas ANOLL y esta excepcional marca de la LLAVE, son irrepetibles en el ámbito de nuestro románico conocido, que sepamos.



No obstante, dudamos que la marca de la llave pueda ponerse en conexión con la propia particularidad de las siglas, pues la tosca letra del nombre contrasta fuertemente con el perfecto trazo de la llave.

La perfección y cuidado en la elaboración de las llaves, pudiera hacer pensar que éstas de Santiago de Agüero no son un mero signo, sino una marca específica de cantería muy concreta.

Pero, ¿quién tan vanidoso o tan rico que pudiera permitirse el lujo de dedicar su tiempo a una labra para contabilizar su obra? ¿quién sería aquel que empleara más tiempo en confeccionar la factura que en el propio trabajo cuya retribución justifica?

Particularmente nos resulta difícil concebir la existencia de un Maestro “primer espada” que se agota en el mismo lugar en que surge. Y es más, quizá estemos hablando de ANOLL como un cantero cuando en realidad sea la firma comercial de todo un gremio. Lo sabremos algún día?




Total, hay quién opinará que esas marcas esculpidas son simplemente eso, signos de cantero que representan una llave.

También hay quién tras la marca aparente busca un significado alegórico, una explicación a algo que se les escapa y que no saben bien lo que puede ser. 

Probablemente sólo unos pocos conseguirán entender lo que permanece oculto ante los ojos de los demás.

Pero mientras aguardamos nos llegue algún día la inspiración, no puedo menos que acordarme de unas llaves muy particulares y, precisamente, no muy lejos de estas otras, unas llaves que se encuentran representadas en los frescos románicos de Sant Pere de Burgal (Lleída) y a las que, sujetándolas con su mano izquierda, San Pedro las exhibe como un verdadero cetro de poder. 

El signo que lo acredita con autoridad para abrir y cerrar las puertas del cielo.

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Si es seguro que algo abren, también lo es que en una de ellas se oculta el anagrama del portador: PETRUS. 

Y que no nos pasa desapercibida, la similitud entre la representación de esa llave petrina con la de Aguero.




Al igual que también encontramos cierta coincidencia con el anagrama de Petrus y la marca de cantero grabada en el modillón de San Miguel de Biota.





Algo que corrobora que el signo siempre quiere expresar la identidad de algo o de alguien. Esperemos encontrar pronto al misterioso personaje que se oculta tras la llave de Anoll.



ENLACES:

*La incógnita desvelada:
LA LLAVE DE BANCIO Y LA CANTERA ANOLL




8 comentarios:

Alkaest dijo...

¡No tengo ni idea de a que te refieres! Pero me alegro de haber sido "detonante", de algo positivo.
Y es que la casualidad no existe, sólo se trata de sucesos que no habíamos previsto...

¿Así que, vosotros, sois los "pirados" del affaire irlandés ese que corre por ahí? ¿Los "fantasiosos" que ven celtas hasta debajo de las piedras? ¿Los "enloquecidos" a quienes debo evitar como a la peste? ¿Sí? ¿Sí?
¡Bienvenidos seais al fin!
Porque os encuentro con 22 años de retraso...
Allá por 1986, un servidor, dejaba deslizar en "los papeles", una idea herética [No me lo invento, está publicado]. La idea de que los Magister de tradición céltica, llegados a Celtiberia con los monjes de San Columbano, difundieron con "su" románico los restos de la Antigua Religión, que pervivía entre ellos sincretizada con esa especial forma de entender la nueva. Apuntaba como núcleo difusor el Monasterio de Leyre (Navarra), y al mítico San Virila, con su equipo de canteros, como "culpables" de "predicar" ese románico por todo el Camino de Santiago, hasta llegar a Galicia -los neo celtas regresando a neo Galia-. Ellos habrían sido difusores, conscientes o inconscientes -a elegir- pero también "despertadores" de los restos célticos que subsistían en la Celtiberia.
¡Ya está dicho! Ahora me pueden enviar a la hoguera, junto con aquellos que se atreven a pensar como yo. Y lo que es más grave, se atreven a decirlo.

Salud y fraternidad.

Manuel Trujillo Berges dijo...

Hombre, esto me interesa, y mucho. Sobre Leire estoy ahora mismo recogiendo información para la Biquipedia aragonesa (monesterio de Leire), con próximo viaje de recolección de fotografías incluido.

Me interesaría localizar datos para vincular la leyenda de San Virila con la tradición céltica. Por cierto, la portada de Santa María la Mayor de Sangüesa tiene un aire celta innegable, con leyenda vikinga sobre el dragón incluida. Y Sangüesa está a un paso de Leire, en el límite con la Suessetania, una zona de poblamiento celta (las actuales Cinco Villas) con abundantes rastros de toponimia celta (Navardún, Gordún, Berdún, sin ir más lejos, a pocos km de Leire y Sangüesa). Tanto Santa María como otras iglesias de Sangüesa son de fundación aragonesa aunque estén hoy en Navarra, llegando el reino de Aragón antaño hasta Vadoluengo, a las afueras de Sangüesa.

Baruk dijo...

Hombre! Alkaest, ya dices bien que las casualidades no existen!

Pues sí, somos los que seguimos camino tras los irlandeses, aunque te advierto que de pirados y enloquecidos hay mucho suelto por ahí.

Pero no te preocupes, los peligrosos sólo saben dar vueltas en círculo!


Y en cuanto a lo que comentas tu, Manuel..., jó!que suerte y que bien!

La simbología es un tema que nos encanta!!, de hecho, te acabas dando cuenta que todo se puede vincular, que todo esta conectado.

Lo importante es saber entender los diferentes conceptos y discernir lo auténtico de lo paranoico.
Ya sé, ya se, no es fácil pero es la única manera.


Me gustaría poder enviarte algo para ver que opinas..., me dices qué, vale?

Gracias



Salud y románico

Manuel Trujillo Berges dijo...

A tu disposición, aunque aviso de que estaré ausente algunos días y que llevo bastante retraso en responder al correo. Mi correo es ib309761 (a) public.ibercaja.es. Sustituye la (a) por la arroba.

Alkaest dijo...

Amigo Manuel, y la compaña.
Si puedes, localiza la Revista Año Cero nº 131, pp.40-43, allí hay un artículo de Rafael Alarcón, muy esclarecedor, a pesar de su brevedad, respecto a San Virila: "Virila de Leyre: el santo que viajó en el tiempo".

Salud y fraternidad.

Anónimo dijo...

Es que Jano es el portero ( ianiator) del ciclo anual. Las puertas solsticiales.El pasado y el porvenir. Y sus dos fiestas eran celebradas por los Collegia fabrorum.

Pero también Hécate tenía la llave del Hades.

Lo que ocurre es que en épocas tardías, comienza a aparecer la figura de San Pedro con llaves, frecuentemente, en el pórtico de los templos como símbolo de su poder en el reino de los cielos (atar y desatar).

Por todo eso, la interpretación de las llaves en el románico, creo que ha de contextualizarse en cada caso concreto.

Salud y románico

Ramon Ramonet Riu dijo...

Para su información, las llaves de pedro hasta el siglo VII tuvieron empuñadura rombolide. Puede verlas en un ángulo de la arqueta de Sant Pere de Roda donde transportaron lejos de Roma reliquias de san Pedro Apóstol.
Fueron las que el papa Gregorio I "Magno" creyó identificar como de san Pedro:
http://webspace.webring.com/people/or/ramonetriu/apostol.html

Entre el lote de los relicarios de su interior, había un altar portátil donde consta escrito JOSVEETELIMBURGA (José y Elimburga) repujado sobre plancha metálica. En el voluminoso DIZIONARIO DI ABREVIETURE LATINE ITALIANE (Milán 1187) encontré que la letra G, del nombre Elimburga, se escribía como la Ç en el siglo VII. (y se mantuvo hasta el siglo X). Del mismo periodo es la ampulosa letra M del nombre de la misteriosa donante Elimburga, con diseño de corazón convencional. Durante todo el siglo V se escribió como nuestra actual letra eme minúscula, pero luego el trazo interior de la M se hizo descender hasta la base de los demás arcos de dicha letra.

Unknown dijo...

Son muy interesantes todos estos datos Ramón, un saludo y bienvenido.

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