01 marzo 2018

Nutrix desbordada o la dama del mal yantar





Las personificaciones de los vicios o de los viciosos mismos son imágenes muy recurrentes del imaginario en las iglesias románicas. Una de estas escenas está esculpida en un capitel de Saint Pierre de Blesle (France), en el que tres personajes desnudos muestran todos los signos de dedicarse a las malas tendencias. La mujer central, por ejemplo, está etiquetada por los estudiosos del símbolo como la figuración de la lujuria.

La Lujuria, en el marco de la moral sexual, está entendida como un apetito excesivo de placeres sexuales, un deseo sexual desordenado e incontrolable. Existe, no obstante, un sentido no sexual de la lujuria, que se refiere a un exceso o demasía en alguna cosa, cualquiera que sea esa otra cosa.​ (Lujuria, del latín luxus: 'abundancia', 'exuberancia') (1)  

No tiene que ser esa última acepción forzosamente un pecado, pues dependerá de la abundancia de lo propuesto. Si por ejemplo hablamos de abundancia o exuberancia de belleza, podría incluso tratarse de una visión divina. Por contra, si hablasemos de exuberancia o abundancia de ignorancia, eso ya no sería nada bueno.

Entonces, a qué tipo de lujuria se refiere el capitel, a la lujuria sexual o a la lujuria exuberante de alguna otra cosa?


Nos llama la atención que esa señora no tiene aspecto de una lujuriosa sexual. Aunque en cuclillas, no muestra sus genitales ya que están ocultos tras un ornamento vegetal. No hay rastro de cópula ni de fornicación. Su única acción es la de amamantar y parece que de forma bastante serena por cierto, a un reptil y a un anfibio, a los que agarra con sus manos manteniéndolos firmes en el lugar.

Conocido es el valor venenoso que se les otorga tanto de la serpiente como al sapo por escupir una sustancia urticante, cuando no mortal. En este caso, tanto un animal como el otro toman su alimento de los pechos de la mujer. Ella es su nodriza. Así que, no creemos que estemos ante el pecado de la lujuria entendido como depravación sexual sino de otro tipo, el de la exuberancia y abundancia de alguna otra cosa. Pero, de qué cosa?

Quizá debamos observar a sus acompañantes para poder intuir algo o ver a qué malas tendencias en concreto representan:

La lectura del primer personaje es bastante obvia, puesto que lleva colgando una bolsa que alude, muy probablemente, a las bolsas que los prestadores y cambiadores llevaban siempre al cuello durante sus negocios y que, junto al libro de las cuentas, era característico de ellos. Personifica pues, la usura, algo que en tiempos de Carlomagno (Admonitio generalis, s.VIII) fue declarado delito y que, posteriormente en 1311, el papa Clemente V prohibió totalmente, declarando nula toda legislación secular en su favor. (2)


La usura, considerada actualmente como el cobro excesivo de intereses en un préstamos, ha ido siempre ligada al lucro, al abuso, a la especulación y al desangrado del prójimo en beneficio propio.





El poeta Dante en su Divina Comedia describe de esa forma a los usureros:

"Verás colgada a modo de bichejos, sus bolsas en sus pechos, ¡es su tesoro! Siempre han sido la escoria y el desdoro de la Humanidad. Para ellos, el progreso del mundo se mide según el peso de sus ganancias" (3)




En el lado opuesto, otra figura de gran boca abierta nos muestra el instrumento que lo caracteriza: un cuenco o plato. Generalizando, cualquier recipiente que sirva para contener o cocinar comida. Es emblema de la glotonería o la gula, ese deseo egoísta que busca la satisfacción personal mediante la ingesta exagerada de comida.

Del latín gluttiere (tragar), actualmente la gula se identifica con el consumo excesivo de comida y bebida, pero en el pasado, cualquier forma de exceso podía caer bajo la definición de este pecado. El consumo de manera irracional o innecesario de cosas sean las que fueran, sería también un tipo de gula que desemboca en otras formas de comportamiento destructivo (4)

Ejemplificado por el cerdo que come la bellota del suelo y tiene la vista puesta en la que hay colgando de una rama, no disfruta de lo que toma y es incapaz de dominar su ansia entregándose hacia la voracidad animal.

Dante nos da una poética descripción de ello en su Divina Comedia, canto IV:  "Ciacco (cerdo) es mi nombre, caí en la perfidia del comer y el beber, sin otro guía, se fue quedando mi razón vacía y me hundí en la negrura y la desidia"  

En ella, los glotones viven derribados en un barro del que no pueden salir; una lluvia exagerada cae sobre ellos golpeándolos y creando a la vez más barro en su entorno. Es alegoría del que ha enterrado su cuerpo en vida, confundiendo y olvidando la verdadera plenitud que es espiritual. En el mismo poema y refiriéndose al mismo pecador, Virgilio sentencia: "-Se ha apagado del todo. Ahora es barro que ha olvidado su fe, su amor, su causa y sus apegos." (5)



Puesto que no están atormentados y junto a ellos no aparece diablo alguno típico de las escenas infernales, estas figuras encarnan más el sentido del vicio o del pecado que al pecador en sí. Cada uno de ellos se identifica con el animal funesto que sale de su boca y, cuyo apetito, siempre está hambriento.

Vemos pues que la gula, considerada por los padres de la Iglesia como un pecado carnal, expulsa un sapo tóxico de su boca, símbolo del deseo desmedido del cuerpo, que a pesar de estar satisfecho, procede al embotamiento de sus sentidos insistiendo en tragar y tragar hasta la saciedad.

Por contra, la usura es un pecado que atañe al espíritu, por ello le corresponde la serpiente venenosa, que aquí simboliza la codicia del alma. No tener escrúpulos de beneficio propio a causa del sufrimiento de otros. Nunca es suficiente para la usura. Y mientras más se crece en este pecado, en más inhumano se transforma uno.

La mujer es su nutriente. Abundancia o exuberancia es una cualidad que en sí, ni es buena ni mala sino todo lo contrario ya que, como decíamos antes, todo dependerá de aquello de lo que abunda.

Sería equiparado al elemento líquido de nuestro planeta que, dependiendo de su cantidad o de su salinidad puede beneficiar o puede perjudicar. Si la dosis y el flujo correcto de ello nos trae prosperidad y vida, la carencia o su exceso nos lleva a la destrucción, ya sea languideciendo por su privación o ahogados por su desbordamiento.

Y ese desbordamiento es lo que en éste capitel personifica la mujer, la exuberancia desmedida del deseo, conocida en la moral cristiana también como "concupiscencia". 




Ella es el deseo incontrolado de todo lo imaginable, ya sea de los ingredientes terrenales para colmar los antojos del cuerpo o de las cualidades obtusas y egocéntricas de las que se alimentan las incorrecciones del alma. 

"Nadie diga que Dios lo tienta: Dios no puede ser tentado por el mal, ni tienta a nadie, sino que cada uno es tentado por su propia concupiscencia, que lo atrae y lo seduce. La concupiscencia es madre del pecado, y este, una vez cometido, engendra la muerte." (Carta de Santiago 1,13-15 ) 

Por otra parte y como curiosidad, hemos dado con un derecho jurisdiccional muy antiguo donde la historia ha hecho aproximar los dos conceptos pecaminosos que tratamos aquí, el cobro a la gente más desfavorecida y la comida. Creemos que podría ser un nombre jocoso para la madre de estos del capitel: YANTAR.

"Renta que antiguamente se cobraba bien en especies o bien en dinero para el mantenimiento del rey o del señor de esos lugares. Privilegio que acabó extendiéndose a aristócratas y entidades eclesiásticas que, a veces, lo percibían abusivamente. Su uso en el lenguaje popular evolucionó hasta hacerse sinónimo de comer en su acepción primera." (6)  



En cuanto que la concupiscencia o esa dama del mal yantar sea catalogada con la palabra lujuria con todas las connotaciones eróticas que hoy en día proceden, eso es cosa ya de los librillos de otros maestrillos.


Salud y Románico



1 comentario:

Georges Fotin dijo...

Tu artículo es...como siempre...abrumador y muy interesante:-OO Aunque no me gusta esta expresión general "como siempre", pero es verdad que los artículos de vuestro blog siempre que los leo primero abruman, en el sentido muy delicioso y muy positivo, con los datos muy curiosos y las conclusiones tantas veces inesperadas, luego requieren unas lecturas más para entender mejor y disfrutar aún más del "movimiento del hilo de vuestro pensamiento":-OOhhh... Muuuuchas gracias:-) Feliz semana que viene:-) Saludos muy cordiales y gran admiración:-)

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