20 septiembre 2008

Marchvs o la llamada a la redención





La iglesia oscense de San Gil de Luna nos sorprendió con un capitel que muestra una
 iconográfica tan atípica como sugerente. Según variopintas opiniones, la composición del capitel parece mostrar los tetramorfos de los evangelistas Lucas y Mateo acompañados de un ángel central que muestra un libro abierto.




En efecto, a la izquierda del capitel aparece el toro alado, signo inequívoco del evangelista Lucas; aunque en éste caso, el toro muestra similitud con el Agnus Dei al sujetar con su pata la cruz triunfal de la resurrección. En el lateral contrario, la figura que se quiere identificar con el evangelista Mateo aparece representado sin sus alas correspondientes y parece dialogar con otro personaje que también carece de ellas. 

Lo curioso es que aparte de las incoherencias mencionadas, el ángel central, que sujeta el supuesto evangelio, parece indicar con su dedo una inscripción perfectamente trazada sobre sus páginas abiertas que, a causa de estar a gran altura, es imposible de leer a simple vista. 

Gracias a unas fotografías realizadas por romanicoaragones pudimos acceder a la grafía escrita en el libro: MARCHVS





Su lectura nos supuso más dudas que certezas, pues no corresponde el nombre de este evangelista al buey alado ni tampoco a la otra figura que relacionan con Mateo. 

A raíz de esto empezamos a barajar posibilidades diferentes que no acababan de convencernos. ¿Se refería al evangelio de Marcos? o ¿quizá era el posible nombre del maestro escultor? Estuvimos dándole vueltas una buena temporada, pero no encontrábamos ninguna información que nos ayudará a resolver la incógnita de Marchus; hasta que el destino, tuvo a bien cruzarse en nuestro camino, en forma de Visión.

Y aquí empieza nuestra aportación para desvelar la iconografía de este peculiar capitel, en la que creemos que su representación no corresponde, como hasta ahora se creía, al tetramorfo de Lucas y Mateo, sino que tras esa aparente lectura se insinúa otra mucho más extensa y elaborada.




* La Visión

Son muy conocidos por los traductores de literatura antigua los textos medievales denominados con el nombre de "exemplum". Estos, corresponden a historias visionarias, asociadas al viaje hacía el más allá con fuerte carga moralizante. Debido a su eficacia en afianzar la labor cristiana, estas narraciones fueron muy utilizadas en la predicación eclesiástica como método de adoctrinamiento, divulgar enseñanzas y reformar algunas costumbres que permanecían fuera de lo aceptado por la Iglesia. 

Eso contribuyó de forma destacada a que se originase a lo largo de la Edad Media un constante chorreo de narraciones sobre las visiones del más allá, repercutiendo asimismo en la demanda de copias de esos textos y produciéndose, con el tiempo, una sintetización de los mismos, adaptando y mejorando algún aspecto narrativo de textos existentes.

Algunos de estos manuscritos permanecen en el registro de la Corona de Aragón considerados como las principales y más influyentes narraciones sobre la catarsis y la visión paradisíaca que en aquel tiempo formaba parte de la educación filosófica del monje de la Edad Media.

Curiosamente, el punto de origen y expansión de estas historias visionarias fue la escrita originariamente en latín por un monje benedictino, cuya historia de su vida es apenas conocida, aunque si lo es su nombre: Marchvs.

Sospechamos que el capitel de San Gil de Luna donde aparece triunfante el toro alado junto a un ángel que porta un libro epigrafiado, puede aludir a uno de esos textos de predicación sobre el más allá, cuya enseñanza tuvo una permanencia de más de trescientos años en la mentalidad medieval tanto de religiosos como de seglares. 







La trama del Tractatus de Marchvs

Tundal, el protagonista de la historia narrada por Marchus, es identificado como un caballero que se comporta de manera ociosa y es responsable de cometer los ocho pecados capitales contemplados en la tradición irlandesa. 

Su revelador viaje empieza una noche mientras cena en casa de su vecino. Allí, sufre un ataque y muere. Tras ello su alma viaja a un sombrío lugar, donde un ángel luminoso lo aguarda. Tras recriminarle su mal comportamiento en el mundo terrenal y Tundal reconocer sus faltas, emprenden juntos un viaje por el más allá. El ángel guardián como guía y maestro y, Tundal, como alguien que se enfrenta a su primera experiencia dolorosa y redentora. Los horrores del purgatorio son vividos y contemplados por Tundal en diversos estadios dolorosos, para posteriormente, terminar en el séptimo cielo donde vive un emocionante encuentro con el patriarca de la Iglesia Católica Irlandesa y contempla, tras ello, la Trinidad y toda la Majestad Divina.

Finalmente, el protagonista totalmente redimido de sus faltas, regresa a su cuerpo para poder relatar esa experiencia a sus amigos y llevar el mensaje de esperanza en el perdón gracias a la misericordia divina.




La Visión de Furseus, la Visio Pauli y la Visión de Drythelm son entre otras, algunas de esas historias que, redactadas en siglos diferentes, son coincidentes en dogma y estructura con el Tractatus de Marchvs. En cada una de ellas se repiten cuestiones similares:


 1- Llegada y acceso del pecador al mundo infernal donde, acompañado por un guía o ángel guardián que lo asesora y adoctrina en todo momento, observa, se adentra y experimenta los diferentes estados de purificación. Tras lo cual y después de un cambio trascendental, culmina su visión con la contemplación de una triunfante y apocalíptica manifestación celestial.

 2- Regreso del personaje al mundo mortal ya redimido de sus pecados para vivir el resto de su vida conforme las profundas lecciones que ha aprendido con el encargo expreso de referir esta vivencia a sus amigos y familiares. En todos los casos, a esta misión se le da extrema importancia y siempre le es encargada por alguien que, en vida, había representado para el protagonista un modelo de perfección a seguir.

En el caso de la Visión de Paulo es el mismo Cristo quién solicita al apóstol que difunda la visión y, en Tundal, la tarea le es encomendada por su santo patrón, al que él venera, y con el que tras su emocionante encuentro y cordial saludo, inicia una trascendental conversación, como posteriormente haría Dante con Virgilio, en el texto más celebre de estas características que ha perdurado hasta nuestros días, la Divina Comedia.   




El paralelismo en todos estos textos es evidente, el mensaje de estos exemplum se convierte en la doctrina de la segunda oportunidad, donde el arrepentimiento y la aceptación del sacrificio muestran la poderosa visión de la Misericordia Divina.

Por ser hasta aquel momento la más precisa y detallada visión cristiana que se había escrito sobre el más allá, la versión de Tundali gozaba de mucha popularidad y, el nombre de su autor acabo siendo asociado a las narraciones de este genero literario que se popularizaron como Marcus insertándose en la lectura y meditación del monje y formando parte de su adoctrinamiento espiritual.




Por tanto, la peculiar e innovadora representación del toro alado que muestra el paralelismo con el Agnus Dei, estaría directamente relacionada con la contemplación final mística que se relata en dichos textos.

Y más concretamente en la Visión de Pablo, puesto que el toro alado es transferible al evangelio de Lucas del que San Pablo fue su mayor defensor, bien podría representar la más trascendental visión que experimentó el apóstol en su viaje al mas allá cuando el ángel que lo acompañaba le mostró tras pasar por donde moran los justos, la resplandeciente y áurea ciudad de Cristo, al igual que San Juan contempla al final de su visión apocalíptica al Cordero Místico en el centro de la Nueva Jerusalén.

Asimismo, la escena con los dos personajes que completan el capitel y que parecen estar conversando, podría tratarse del protagonista de la catarsis, vuelto a la vida, dando fe de esa experiencia.




La justificación –contextualización del papel de la diferentes órdenes religiosas: cistercienses, benedictinos, agustinianos-

La estructura de Marchvs y la de sus "exemplum" herederos, fortalecen de una manera coherente una particular espiritualidad cisterciense, pero, sin embargo, será utilizada en el siglo XII para equilibrar en la reflexión religiosa, dos tipos de mentalidades diferentes, una de horror y otra de esperanza, la de dominicos y benedictinos. Esta diferencia se pone de manifiesto en la teoría y doctrina fundamental de la Visión de Tundal: Dios es justicia y misericordia. 

La carga principal del mensaje es que todos los seres humanos no merecen, por justicia, el castigo de Dios; pero sólo la benevolencia de la Misericordia de Dios hace posible la salvación. Se incide en la diferencia entre lo que se merece y lo que la misericordia de Dios hace posible.

Como decíamos, la pena purgatorial con todos sus horrores fue la herramienta de la doctrina de la "segunda oportunidad", donde el arrepentimiento y la aceptación del sacrificio muestran la poderosa visión de la misericordia divina. 


La idea del purgatorio se estableció como el lugar donde penan las almas antes de entrar en el paraíso, y del cual a veces salen para pedir ayuda o amonestar a los vivos. Fue el papa Inocencio III el que, en un sermón para el Día de Todos los Santos utilizó varias veces este termino dejando clara la idea de que existen TRES tipos de iglesia: la triunfante, la militante y la del Purgatorio. La institucionalización del Purgatorio, sería llevada a cabo en 1274 durante el Segundo Concilio de Lyon. 

Así fue como se pudieron consolidar como ortodoxas una gran cantidad de leyendas y de exemplum contenidos en las Visiones.


El mensaje hoy en día: 

"... lava del todo mi maldad, limpia mi pecado. “Misericordia quiero y no sacrificios” (Salmo responsorial 50)


“No he venido a invitar a la conversión a los justos, sino a los pecadores". (Lc.5,32)


Estas dos citas, entre otras, s
on comentadas en el sermón del domingo décimo del tiempo ordinario y se corresponden perfectamente a la enseñanza teológica que Marchvs intenta transmitir en su narración. El mismo Lucas lo transcribe, Jesús hace una llamada para una conversión o reforma interior a toda persona que se encuentra insatisfecha consigo misma, experiencia conocida por los religiosos como "catarsis" o/y “metanoia”.

Un mensaje eclesiástico actualmente activo, donde la enseñanza llama al reconocimiento de la propia imperfección junto a la salvación por medio de la misericordia de Dios.


Salud y Románico (2008)


En fecha 2013 hemos encontrado un reciente trabajo que puede aportar más datos sobre la Visio Tundal











11 comentarios:

Alkaest dijo...

¡Toi pasmao! Toda una lección de teología práctica medieval.
Algún día habría que hacer una investigación seria, sobre tantas pequeñas inscripciones, aparentemente "inocentes", que se encuentran en las piedras románicas.
Más de una sorpresa, y algún susto, nos llevaríamos.
Mis felicitaciones por la erudita investigación.

Salud y fraternidad.

ArtuROM dijo...

Hola.

Aunque ya te he felicitado de manera personal por vuestra investigación, aprovecho para volver a hacerlo ahora públicamente. Aunque a algunos les pese, no todo en el románico son psicostasis, sansones y adoraciones. Este tipo de representaciones peculiares son, si cabe, mucho más interesantes y enriquecedoras. Seguro que a partir de ahora nadie que lea este artículo pasa por alto una inscripción que rece "Marchvs".

En resumen, que el discurso me parece muy bien argumentado. Mi más sincera enhorabuena.

Saludos.

Baruk dijo...

Pues zí Alkaest!, las inscripciones "inocentes" son las que nos gustan.

Y piensa que para no armar más la bulla nos hemos quedado un pelin cortos..., si es que hay interpretación para rato!!

Besitos

pallaferro dijo...

Enhorabuena por el trabajo realizado. Habéis marcado un hito en la investigación del simbolismo románico. Felicidades!

Creo que domináis también el tema de la mojonería, así que ya sabéis que un mojón sólo marca una meta parcial en el camino. Queda mucho por andar. Hay que “orar y laborar” para alcanzar nuevos hitos a los que, seguro, llegaréis.

Mi mas sincero reconocimiento y un abrazo a los dos.

Jesús M. Landart dijo...

Baruk: Anonadado estoy por la entidad del estudio. Enhorabuena. Una vez más el románico se nos revela como un pozo profundo, aunque no insondable del que con estudio, racionalidad y dedicación se pueden extraer sabias lecciones.

Leyendo el post he sentido sana envidia, pues cada palabra deja traslucir la dicha que habéis sentido durante la investigación.

Ojalá podáis seguir ahondando en ese camino y encontrando nuevas pruebas que indiquen que vais por buen camino.

Jesús M. Landart

Alkaest dijo...

Si se me permite introducir una cuña, diré que ese "bichejo" me parece un producto cuasi transgénico.
Es una especie de "Taurus-Dei", aunque actúe como un "Agnus-Dei". Y si nos fijamos un poco, veremos que sus cuernos más parecen de cabra, por sus ondulaciones, que de toro. Item mas, sus patas, que semejan terminar en dedos y no en pezuñas, resultan bastante toscas en relación al resto de la exquisita talla. ¿Quod...?
Esto no pretende desmerecer vuestras conclusiones, es una "nugae" o "marginalia", tan solo para señalar las curiosas implicaciones y sugerencias de las interpretaciones simbólicas. Y los retorcidos caminos de aquella rica "imaginativa", de los canteros medievales y de sus patronos...

Salud y fraternidad.

Unknown dijo...

Creo que puede obedecer a un registro netamente cristólogico. Es decir, que apartándose de la convencional representación de la figura del evangelista, en esta representación se efectúa una recesión de equinocios, de la era de Tauro a la era de Aries ( como había sido desde la antigüedad hasta el tercer milenio antes de Cristo), buscando poner el acento, no en la mansedumbre y bondad, sino en la fortaleza e ira divina.

Quizá, por eso, se elige al "Taurus Christus", modelo de víctima apta para el sacrificio ministerial, como el cordero, pero que en la concepción benedictina del influyente Rábano Mauro a cuya orden estuvo ligado tanto él como el lugar, se acomodaba más al mensaje concreto redentorista. Y quizá, por eso, se represente con testuz abierta y cornifina, porque interesa destacar su embestida. ¿Es un Taurus Christus morcado?.

Anónimo dijo...

Sigo descubriendo, aprendiendo y disfrutando de este singlar espacio que reúne hstoria y arte con na especial atención a la iconografía y a las tradiciones. Lo dicho, todo un placer que requiere un detenimiento para asimilar toda la excelente información. Gracias por todo ello.

Saludos

Baruk dijo...

Gracias a ti Ernesto, por tus palabras de ánimo y por estar ahí.

Un saludo

Anónimo dijo...

Yo, que no entiendo nada de todo esto, sólo puedo agradecer que publiquéis-divulguéis aquí vuestro estudio.

Divertidísimo el pequeño cuestionario.

Un abrazo, Baruk.

Margarita M.G. dijo...

Un trabajo impresionante.Encontrar más allá de lo obvio una respuesta es una tarea muy amplia y exigente,y lo habéis hecho de manera magistral.Un placer su lectura y vuestras conclusiones.Enhorabuena.

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